La Discusión en Río (iv)
Día 3 y 4, la otra mitad
Son muchas las cosas que tienen dos partes. Algunas veces una parte es más visible y más vistosa. Se hace más fácil estar conscientes de ellas. Las otras partes pueden ser menos conocidas, incluso misteriosas, pero ciertamente igual de importantes o, a veces, como la tradicional imagen del iceberg ilustra, mayores en tamaño, pero invisibles. Los seguidores de la saga de la Guerra de las Galaxias ya estarán pensando en el lado oscuro de la fuerza. Los amantes de la luna y los lunáticos pensarán en la mitad de la luna que siempre nos da la espalda. Los amantes de la música estarán ya recordando los sonidos precisamente del “Lado Oscuro de Luna”, el famoso álbum de la banda inglesa Pink Floyd.
Efectivamente, la otra mitad de la aplicación de la tecnología en la administración tributaria es probablemente menos glamorosa que aquella que se concentra en la prestación de servicios adecuados y ubicuos, que aprovechan lo mismo la Internet, que los teléfonos inteligentes, que el dinero plástico. Como el iceberg, esta mitad menos visible es más grande.
En retrospectiva vemos que la utilización de tecnología y sistemas de información para fines del control pasó por el mantenimiento y depuración del registro de contribuyentes, la recepción y procesamiento de declaraciones para liquidar impuestos, la gestión de pagos y cuenta corriente o la verificación del cumplimiento de obligaciones periódicas. Pero más allá del procesamiento específico de transacciones, son muchos años ya que las administraciones tributarias y aduaneras han utilizado sistemas de información para encontrar indicios de comportamientos no adecuados y determinar riesgos. La obtención de información de terceros, su recolección, validación, depuración y almacenamiento, permitió identificar cosas evidentes como gastos no compatibles con los ingresos declarados u operaciones de compras reportadas por terceros significativamente mayores que las ventas reportadas por un determinado sujeto. La identificación de índices de rentabilidad o de márgenes de valor agregado, comparando con otros contribuyentes similares en cuanto a actividad económica y ubicación geográfica permitió seleccionar contribuyentes de riesgo al estar fuera de los niveles de distribución normal. La aplicación de reglas fijas, primero, o probabilísticas, después permitió implementar mecanismos para seleccionar con razonables niveles de acierto unos pocos, pero riesgosos casos, para fiscalizar.
Las capacidades tecnológicas se han ido incrementado con el paso de los años. La denominada ley de Kryder describe que la densidad de los discos duros se multiplica por un factor de mil cada diez años. Para ilustrar el proceso, de acuerdo a la Wikipedia, si el almacenamiento continúa desarrollándose al ritmo actual, un disco estándar de computador de 2 y media pulgadas, podría almacenar 14 Terabytes y costar en el orden de 40 dólares para el 2020. Las comunicaciones también han mejorado significativamente. Basta recordar el módem para conectarse a Internet de hace solo 15 años. Hoy no necesitamos el modem, ni el ruido, ni los cables y transmitimos 300 veces más rápido. Para descargar un archivo que hoy requiere 10 segundos, hace solo una década , se requería una hora.
Algunas administraciones hace una década respondían a la pregunta sencilla de cuánto tiempo debe pasar para borrar información o enviarla a un medio de respaldo desconectado de bajo costo, con un criterio que podría resumirse en un par de años más que la prescripción. Hoy algunas administraciones pueden decidir no borrar nunca, no borrar nada. Al mismo tiempo las fuentes de información aumentan, los volúmenes aumentan, la frecuencia aumenta. Declaraciones, compras, ventas, pagos, traspaso de inmuebles, boletos de viajes, facturas electrónicas, certificados de retención, tarjetas de crédito, acciones, dividendos, operaciones obtenidas en el exterior, joyas, etc. Y si empezamos a contar otras cosas como publicaciones en facebook, twitter, o linkedIn; o mensajes de correo, llamadas realizadas o recibidas, y demás.
En 2009 el número de dispositivos conectados a la Internet fue superior al número de personas que habitan el planeta. Algunas personas estiman que en los dos últimos años se generó más información que en todas la historia anterior de la humanidad.
Los volúmenes de información con los que potencialmente pueden tratar las administraciones son tales que no se trata ya solamente de contar con herramientas de inteligencia de negocios que permitan agregar, definir dimensiones e hipercubos y facilitar reportes adecuados de información. Cruzar y almacenar información requiere capacidades cada vez mayores que pueden pronto superar los mecanismos tradicionales soportados en tablas relacionales. Visualizar información se vuelve un problema nada sencillo de resolver. Llevar información de miles de millones de registros a una centena de indicadores relevantes no es tarea sencilla.
Sin duda que escuchar lo que las administraciones están haciendo hoy para obtener, tratar y explotar la información; para determinar y atenuar riesgo; para identificar problemas y puntos de evasión y combatirlos será extremadamente útil e interesante. Tanto como tener una visión de lo que se espera en el futuro cercano. Algo que en lenguaje un poco técnico se trata de dar un salto que va de la minería de datos a la “big data”. A desarrollar la potencialidad de ese volumen de información, su variedad y la velocidad a con la que se genera para romper un paradigma en la Administración Tributaria, pasar de descubrir a predecir.
Recuerdo una de las primeras charlas en la universidad. Mis canas confirman que de eso ya pasó un tiempo. Decía César Esquetini que los sistemas de información debían permitir transformar datos en información. Hoy hay que desarrollar aun más ese concepto para que esa transformación sea de datos a información y de información a conocimiento.
Saludos y suerte.
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5 comentarios
Enhorabuena, Raúl. Muy interesante tu artículo.
Saludos.
Fernando.
Buenas tardes Raul;
Como siempre muy interesante tu artículo y tu reflexión. Coincido que las AT, cada día reciben gran cantidad de datos y tratan/tratamos de manejarlos en adecuada forma pero, se imponen -como tu dices- nuevos horizontes. Para tener estrategias de acción conforme los distintos comportamientos del contribuyente necesitamos transformar esos datos en información, en conocimiento. Sostengo que para que ésta información sea de utilidad y nos permita observar e incluso predecir comportamientos debemos tamizar y analizar solo una porción de ésta. Pare ello debemos, los funcionarios, saber cual resulta necesaria, saber qué buscamos. Saludos.
Gracias por esta tercera entrega, considero que el tema de la gestión del riesgo deberá ser un aspecto a reforzar aún más,
Estimado Raúl que opinas, que si bien la AT acelera mucho para tratar de usar y gestionar siempre los datos que solicita o que están ahora a disposición pública, siempre para fines fiscales; la planificación tributaria nociva y el fraude también lo hacen y tal vez a un ritmo superior, pues los reditos son también superiores.
Así mismo podemos llegar a un punto en donde se maneja demasiada información, y su tratamiento y calidad se descuidan, o buscamos o pedimos el dato solamente para decirle al contribuyente yo lo tengo, o yo lo sé?
Saludos
EL USO DE LAS TECNOLOGIA EN EL MEDIO ACTUAL NOS PERMITE BRINDAR MEJORAS EN CUANTO A LA CAPACIDAD DE MANEJO DE LA INFORMACIÓN PERO NOS OLVIDAMOS DE LA GENERACION DE CONOCIMIENTOS RESTRINGIDOS. PERSONAS CON TEMOR – MIEDO A LOS CAMBIOS TECNOLÓGICOS ACELERADOS. VEAMOS QUIENES SE ADPATAN CON AMYOR RAPIDEZ Y OTRAS QUE SIMPLEMTENTE EVITAN SU UTILIZACIÓN POR TEMOR O DESCONOCIMIENTO. AYUDEMOS A MEJORAR EL NIEL DE ACEPTACIÓN DE LAS NUEVAS FORMAS DE COMUNICACIÓN. SALUDOS