Vivimos en una era donde la tecnología posibilita la automatización de muchísimos procesos que durante siglos han sido manuales, incluyendo la tributación. El término «Economía en Tiempo Real» fue acuñado en una Universidad finlandesa Aalto como «Un entorno en el que todas las transacciones entre las partes empresariales se realizan en formato digital, cada vez generadas más automáticamente y completadas en tiempo real tanto desde el punto de vista del negocio como del procesamiento técnico. Para las empresas, el sector público y los ciudadanos, esto significa, por ejemplo, que los pedidos, las confirmaciones de pedidos, las facturas y los pagos fluyen de sistema a sistema sin demoras. Esto facilita el almacenamiento electrónico, la contabilidad electrónica y la contabilidad automatizada. »

¿Cómo podrán las Administraciones Tributarias (ATs) ser capaces de rastrear los impuestos en estas economías en tiempo real? Sabemos que en Latinoamérica este proceso empezó hace muchos años y se sigue perfeccionando. Por ello es extraño que en muchos de los países europeos occidentales, donde las transacciones B2B ocurren en tiempo real, las ATs no están involucradas en ese proceso y se limitan a exigir las empresas guardar evidencia suficiente y segura la cual puede ser sujeta a post-auditoría. En otras palabras, aunque el VAT fluye en tiempo real, las ATs no lo siguen con la misma velocidad o ni lo siguen.

Sin embargo, recientemente la AT española dio un primer paso fundamental en esta integración, lo cual fue compartido en este foro. El primero de julio entra en vigencia el llamado Sistema Inmediato de Información que exige cierto segmento empresarial a reportar regularmente sus libros contables. En Europa del este, fue Rusia el país que empezó por este frente hace muchos años para después introducir la facturación electrónica.

Cuando el mandato fue anunciado, en una presentación a una gran comunidad de usuarios ERP,  la AT española mencionó que varias ATs europeas quieren posicionarse de la misma manera que las ATs latinoamericanas ya lo han hecho. Además, muchas ATs han observado no tiene sentido mantener la información de las transacciones comerciales almacenada en un desván de la empresa esperando a un posible auditor en algunos años. Latinoamérica ha demostrado que tal información es mucho más valiosa en tiempo real, tanto para las Empresas mismas como para las propias ATs para recolección eficiente de IVA, detectar evasión y fraude de impuestos, combatir las economías clandestinas y habilitar nuevas oportunidades de negocios como impulso a las facturas negociables, aparte de los ahorros en gastos operacionales y consumo de papel.

No hay duda que en materia de fiscalización electrónica, es Europa la que está aprendiendo de Latinoamérica, con la diferencia que mientras en Latinoamérica las ATs empezaron regulando la autorización de factura electrónica, en Europa empiezan regulando el reporte electrónico de libros contables.

Para concluir, aun cuando hay diferencias en la forma como las ATs empiezan a integrarse a las economías en tiempo real, eventualmente, todas las ATs tendrán que ser una parte integral de ellas, regulando el cumplimiento de sus procesos fiscales electrónicos en tiempo real en paralelo a los procesos B2B de negocios existentes.

Podríamos inclusive debatir sobre la posible convergencia de ambos procesos fiscales y de negocios.

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