Administraciones Tributarias “PRITIS” (*)
Prueben ustedes a “guglear”[1] la expresión “Blockchain administración tributaria” y verán cómo les aparecen cerca de 374 mil resultados que seguro que serían muchos más si utilizaramos algunas otras palabras de búsqueda relacionadas con las anteriores.
Y entre estos resultados, aparecerán los artículos de un buen número de gurús de las nuevas tecnologías que nos prometen la Arcadia feliz si utilizamos la tecnología blokchain para optimizar todo tipo de procesos, incluidos muchos de los que ahora se desarrollan perfectamente sin necesidad de acudir a esta técnica. Parecería que la administración tributaria está infectada por el blockchain y esta infección se propaga como la fiebre amarilla sin respetar a propios ni extraños, viralizada sin control por sujetos interesados económicamente en su expansión.
Si estamos un poco vagos y nos limitamos a teclear en “gúguel”[2] cuatro simples letras “B”, “E”, “P”, ”S” nos aparecerían 3,3 millones de resultados. Algo abrumador. Casi tanto como los informes de las 15 acciones BEPS, los desarrollos de cada una de ellas o del Marco Inclusivo. No hay tesis doctoral más o menos sesuda, articulito de divulgación, post en un blog que se precie o similares que no aborde este asunto del que han aparecido como setas defensores y detractores hasta la saciedad.
Y no me quiero poner pesado y hablar de las búsquedas de términos como, por ejemplo, “operaciones vinculadas” o “precios de transferencia” cuyos resultados serían aún más abultados que los anteriores o al menos similares.
Definitivamente las administraciones tributarias se han apuntado a la moda.
Señores ¿Qué es lo más trendy ahora en el mundo de la administración tributaria? ¿Qué es lo que se lleva? Posiblemente, lo más cool es ser ingeniero experto en blockchain, en precios de trasferencia y en BEPS -un auténtico cóctel con una potente carga viral-.
Éste experto será un auténtico influencer en este mundo tributario. Será capaz de “crear valor”, empoderarnos y de “evangelizarnos” con su doctrina sobre las bondades de estas tecnologías con la habilidad suficiente para ganar nuevos adeptos para la secta.
Y mientras seguimos la moda y nos inventamos palabras, palabros y conceptos para escapar de la realidad que nos rodea y presentarla lo más friendly posible, persisten muchos de los clásicos problemas de la administración tributaria a los que no prestamos atención por estar demodés.
Qué hemos hecho con la informalidad en estos años. Es cierto que la informalidad en muchas ocasiones no tiene un componente tributario -muchos de los contribuyentes informales no estarían obligados a declarar- pero esto no justificaría la inacción frente al problema y me temo que los remedios aplicados están siendo poco efectivos. Y el tiempo va pasando y las sociedades van envejeciendo y los problemas sociales agrandándose.
Y qué hemos hecho con el fraude de los profesionales a los que acudimos, por ejemplo, para contratar un proyecto, para que nos examinen o sanen y que siguen cobrando en efectivo y que, con un poquito de orden en sus cuentas, pueden ocultar gran parte de sus ingresos y, en muchos casos, disfrutar de beneficios sociales ligados al nivel de renta frente a los trabajadores o empleados que tiene sus rentas controladas.
Y qué estamos haciendo con la defraudación a través de sociedades instrumentales que permiten ocultar al fisco enormes cantidades de ingresos eludiendo la imposición personal. Y del asunto de la acumulación de deudas tributarias impagadas ¿Qué me dicen?
Es claro que también hay un problema de diseño de los sistemas tributarios pero en este mundo en el que la celeridad de los cambios parece que está reñida con la reflexión, el propósito del post es llamarles la atención -con una alta dosis de maniqueísmo- sobre la necesidad de no perder de vista lo “básico” y de no dejarse arrastrar indefectiblemente por las modas.
(*) En Panamá está muy extendido el término “priti” para referirse a cosas que destacan por su belleza o atractivo. Deriva del inglés “ pretty”.
[1] Disculpen el palabro
[2] Perdón de nuevo
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18 comentarios
Excelente reflexión que nos cae como anillo al dedo en momentos donde nos esta muy claros los caminos. Muchísimas gracias
Gracias Maribel. De eso se trata, de que nos paremos un poco a reflexionar. Saludos.
Juan F.
Juan Francisco, existen muchas organizaciones que por estar en el «top» de la moda en sistema de información se están olvidando de los principios básicos de gestión. Como bien tu dices, ya se esta pasando la moda de la facturación electrónica pero aun tenemos altos indices de evasión por falta de facturación básica, estamos con soluciones implementadas con firma digital pero desconocemos que gran parte de nuestros «contribuyentes» tienen baja preparación o formación tributaria.
No tengo dudas que debemos avanzar en nuevas tecnologías para el control de obligaciones tributarias y mejor si es con una visión global pero primero debemos controlar lo que esta sucediendo en «nuestras narices».
Creo que debe existir un momento en cada organización para decir «paren todo» y no para bajarse de carro si no para hacer una análisis y mantenimiento o corrección de los que viene «funcionando» al interior de la máquina antes de añadirle nuevos implementos.
En español de España «pararse» es detenerse y en el de Panamá es levantarse. En uno y en otro caso, habría que «pararse» a pensar y mirar bien lo que estamos haciendo para no perder el Norte.
Saludos,
Juan Francisco, muy oportuno el artículo.
Sin duda hay que aprovechar al máximo las nuevas tecnologías que ofrecen muchas posibilidades para las AATT pero el riesgo es querer aplicar inteligencia artificial, data mining, data warehouse, etc. mientras tenemos un Registro de Contribuyentes incompleto y desactualizado, no se dispone de una cuenta tributaria básica, no se aprovechan los cruces básicos de información, etc.
Saludos.
Fernando, totalmente de acuerdo contigo, el camino para todas las administraciones tributarias, hoy, debería ser revisar sus procesos, la integración de sus sistemas, la integralidad de la información dentro de cada uno de los mismos y de todo el sistema de información en si, los procesos o componentes que les faltan (pueden tomar como referencia otras administraciones) ver el uso real que le están dando a la información hoy recibida y que es un «costo tributario» para el contribuyente y luego de tener el panorama claro, alejándose de pasiones, ver donde se deben ajustar o desarrollar nuevas clavijas.. un proceso complejo de auto crítica pero muy provechoso para la administración.
Gracias Fernando. En efecto, se trata de advertir que lo que señalas no debería producirse.
Saludos
Juan F.
Hola Juan Francisco, tus comentarios me suenan a maravilla y coraje, soy contador público matriculado licenciado en administración, con algunos estudios de sociología fiscal, mi vida profesional la he dedicado al desarrollo e implantación de sistemas de información y control fiscal en la administración tributaria, llevo ya muchos años colaborando con los organismos en países latinoamericanos en programas disuasivos de fiscalización masiva para el control de la informalidad y siempre me he cuestionado lo que tu con tanta claridad destacas entre lo básico y la moda para corregir el comportamiento ilícito de las obligaciones tributarias. Al respecto anhelo adherir a la ratificación de la prioridad de lo «básico» que sugieres con algunos párrafos de mis experiencias.
Un Estado contemplativo deja avanzar el deterioro de la conciencia socio tributaria y la desconfianza en la fe pública que se concede a quienes operan o avalan la injusticia, entonces la economía informal encuentra el ámbito ideal para su desarrollo y fuertes inversiones emergen a simple vista en terrenos invadidos bordeados por viviendas marginales que protegen el área, donde se comercializan mercancías de origen ilícito y recrean en la sociedad la conciencia del “vale todo en la economía” que le permite disfrutar precios sustancialmente más baratos que los del mercado (derivados de la omisión de cargas municipales, impuestos, del robo de la electricidad y del agua y de la omisión de alquileres por los espacios que ocupan ilegalmente). Justifican los ilícitos en la falta de trabajo de las clases menos pudientes.
A simple vista y en oportunidades en las propias narices de la administración lucen mercancías de contrabando, otras provenientes de delitos contra la propiedad y también productos de empresas “formales” mientras sus esfuerzos presupuestarios se orientan a las ultimas especialidades tributarias de moda a las que refieres en el blog.
Los operativos en tales mercados siempre han necesitado mas de decisión política y apoyo permanente de fuerzas de seguridad, que de técnicas sofisticadas para su control. La oposición a las acciones fiscales es permanente, es común la agresión y amenaza de muerte de los operadores y el desalojo violento de los grupos de tarea. En lo personal he debido abandonar varias veces el territorio de mis prestaciones por riesgo de vida.
Para la intervención de tales mercados, algunas administraciones instalaron unidades conocidas por “fedatarios” integradas por personal entrenado para operaciones riesgosas, revestido de fe pública para validar los hechos ilegales verificados «in fraganti» y justificar en ellos las clausuras e incautaciones del orden legal.
Tal resistencia a la acción disuasiva del trabajo solo se explica en escenarios de anomia social resultado de condiciones poco redistributivas de la economía soportadas en políticas perversas que cargan el costo social sobre los más pobres; en grupos empresarios ineficientes cuya utilidad deriva del enriquecimiento ilícito y su limitada contribución social; en el comportamiento indiferente de los profesionales cuyos dictámenes avalan los comportamientos ilícitos de las empresas que asisten y finalmente en la ceguera de las administraciones que les impide ver como problemas lo que a simple vista aparecen como paisajes, problemas que como bien apuntas no se resuelven en el inmediato plazo con tecnologías de moda sino con estrategias preventivas y disuasivas que sepan leer y realimentar el origen del incumplimiento en estimulo de la voluntad social para contribuir a la acción de gobierno con respeto de las condiciones de justicia distributiva, procesal y retributiva.
El escenario no ha cambiado, sin embargo proliferan los «maquillajes» de las administraciones que disfrazan la informalidad. También a mi me gustan las que tu llamas administraciones «pritis» pero primero debe superarse la realidad Latinoamericana.
Gracias por tu extenso e interesante comentario.
Saludos
Juan F.
Querido Juan, Fui de los primeros en leer el borrador de este blog, y suscribo todo lo que dices; no sólo se trata de las modas y los modos. De fondo hay importantes pendientes de estrategia institucional; donde se pueda elegir lo más funcional; aunque no sea necesariamente lo más moderno.
Las AT´s podrían ahorrar pasos importantes de tiempo y esfuerzo, evaluando no sólo las experiencias de éxito de otros. sino seleccionando las auténticamente viables..
Un abrazo.
Querido Juan:
Absolutamente de acuerdo con el diagnóstico. Es necesario utilizar las nuevas herramientas tecnológicas y normativas para luchar contra el fraude fiscal pero no se deben descuidar elementos básicos para una buena administración tributaria. Puedo tener mucha información pero si no tengo un censo actualizado, no exploto la información, no tengo buenos procedimientos de fiscalización y recaudación, no tengo personal capacitado para realizar las tareas anteriores, no estoy bien organizado o mi normativa fiscal es mejorable …..tendría la sensación de haber empezado la casa por el tejado.
Un abrazo
Gracias Jesús
Como dicen en Panama: “Asimismo es” .
Saludos
Juan es muy difícil no estar de acuerdo con la idea central de tu comentario, especialmente cuando vemos en nuestras administraciones tributarias como los ciclos se repiten una y otra vez y nuestros colegas menos escrupulosos y más audaces aprovechan para mostrar como gran novedad -luego de darles una nueva «lavada de cara»- las mismas soluciones que nunca terminaron de implementar, aprovechándose del desconocimiento o la falta de interés de la conducción política de turno.
Pero considerar a la tecnología de cadenas de bloques como una moda más puede terminar convirtiéndose en un gran error que afecte en forma significativa la efectividad futura de nuestras organizaciones. Lo que esta tecnología ya está permitiendo es algo que los pioneros de la WWW buscaron desde su creación; transmitir valor de manera virtual y sin necesidad de intermediarios (léase por ejemplo bancos o entidades financieras). Y valor no es solo dinero, sino también todo tipo de información que necesita ser considerada auténtica y fidedigna en entornos donde las partes se desconocen y que se caracterizan por la falta de confianza. Algunos pensamos que esta tecnología en no más de 5 años va a ser tan disruptiva como lo fue la Internet o por ejemplo los smartphones y que su implantación y su uso inteligente por parte de las AT tiene el potencial de eliminar de raíz muchos de esos problemas endémicos que se mencionan en tu post y en algunos de los comentarios.
Te agradezco el comentario muy atinado y pertinente. El asunto es ése precisamente, aprovechar la tecnología -y todos sus desarrollos innovadores- pero con «cabeza» , sin dejarnos llevar.
Saludos,
Juan F.
Buenas noches, doctor Juan Francisco Redondo Suarez, saludos desde nuestra hermosa Colombia.
En mi opinion, el sistema tributario es la principal corriente de ingresos de los paises que tienen un retorno efectivo que se deben trasladar en el funcionamiento del Estado y de sus programas sociales.
La importancia de pagar tributos radica en que con los aportes proporcionales a ingresos y patrimonio, cada persona contribuye a garantizar la sostenibilidad fiscal, que posibilita a su vez la provisión de los bienes públicos que todos los ciudadanos demandan, tales como construcción de obras de infraestructura (carreteras, escuelas, hospitales, seguridad, justicia, parques, entre otras obras).
Buen día
Los problemas de la administración tributaria que se presentan hoy en día en cierta forma se le atribuye a la tecnología y evolución de la misma, en esta época hay diversidad de entidades y personas que no contribuyen a la tributación por no existir una intervención del Estado en la creación de leyes que los incluyen en el tránsito de esta materia. Estás estas entidades y personas no están sujetos al control del Estado lo qué no los obliga a declarar y realizar la tributación, por lo tanto, de cierto modo se estaría ocasionando una defraudación a la Nación, siempre y cuando exista intervención del superior.
Muy buen articulo ya que las tecnologías son el día a día, ofrece y abre posibilidades para las AATT, aclarando que corremos riesgos de contribuyentes incompletos. De todas formas es muy oportuna la reflexión, claro Q los problemas que apuntas no se resuelven de inmediato con las tecnologías de moda sino con estrategias que sepan leer el origen de estos y estimulando la voluntad social de igual manera estas nos ahorran tiempo y esfuerzo
Buen día
El artículo a mi parecer contextualiza la influencia directa de la administración tributaria en la sociedad virtual, es la apreciación de la diversificación de personalidades que desde la administración abren campo a esos pequeños comerciantes que de una u otra forma no pueden estereotipar sus deseos comerciantes y generadores de nuevos ingresos.
Si bien es cierto este tributo contribuye a la igual y sostenimiento del control fiscal pero no está de más ampliar las redes de conocimiento y darle paso a la nueva era.