Administración tributaria, tecnología y desarrollo

«Esta serie de Blogs se preparó antes del estallido de la Crisis del coronavirus. Confiamos en que esta publicación sea de interés para fortalecer las capacidades de las Administraciones Tributarias mediante la utilización de las TIC durante este periodo.»

Capítulo 1.  Por qué mejorar la eficiencia de la administración tributaria y el rol de la tecnología de la información y las comunicaciones

Las TIC como Herramienta Estratégica para Potenciar la Eficiencia de las Administraciones Tributarias

¿Qué tienen en común la prevención de la malaria, la eficiencia de los mercados financieros, el acceso a agua limpia, un sistema judicial fiable, la seguridad en las calles o el mantenimiento de las infraestructuras de transporte en un país? Aparte de que puedan considerarse objetivos todos ellos deseables, todos necesitan financiación y un elevado esfuerzo de acción colectiva.

Ante estos retos la ayuda internacional externa puede cooperar para iniciar los procesos o para afrontar situaciones coyunturales de extrema necesidad, pero el desarrollo sostenible a medio y largo plazo hace imprescindible contar con recursos y capacidad de gestión propias de cada país.

Y aquí es donde entra el papel de las administraciones tributarias.

Sin embargo, es obvio que no todos los países se encuentran en igualdad de condiciones para que sus administraciones tributarias asuman estos retos:

  • Las desigualdades de renta existentes en el mundo presentan una alta correlación con los recursos públicos de los diferentes países: desde un 31,7% de su PIB en media los países de renta alta, hasta un 17,1 lo de renta baja.

  • En cuanto a la estructura de los ingresos fiscales, las diferencias entre los países más desarrollados y otras regiones son significativas: en la OCDE las principales figuras son las contribuciones a la Seguridad Social y el gravamen de la renta personal (26 y 24% del total), mientras que en África o Latinoamérica prevalece el gravamen del consumo, con una mucho menor aportación de los impuestos directos (con la excepción del Impuesto sobre la Renta de Sociedades), una tendencia que ha sido creciente en las últimas décadas.

  • La carga de trabajo a la que se enfrentan, medida en términos de población, es inversamente proporcional al nivel de renta. Por ejemplo, a cada trabajador de las administraciones le correspondería una población de unas 1.300 personas en un país de renta alta, más del doble, en torno a 3.000, en los países de renta media alta, más de 6.000 en los de media baja y más de 12.000 en los de renta baja.

  • A todo ello hay que añadir todos los demás factores conocidos que caracterizan a los países en desarrollo y dificultan la administración tributaria en: un alto grado de informalidad, carencias en infraestructuras básicas, insuficiencias en los mecanismos de registro, menor grado de bancarización, mayor impacto de la corrupción, mayor dependencia del sector primario y los recursos naturales, elevado nivel de fraude, etc.

  • Como resultado inevitable de esta combinación de factores la eficiencia de las administraciones en los países menos desarrollados es mucho menor. A pesar de los inconvenientes que puede tener el indicador, el coste de la recaudación refleja esta realidad: cada cien unidades monetarias recaudadas requieren un gasto en administración de una unidad en los países de alta renta, frente a un coste tres veces superior en los de renta baja.

En el contexto descrito, los retos de las administraciones tributarias de los países en desarrollo son enormes y no pueden esperar a que el grado de progreso global de sus territorios les permita adoptar los procedimientos “clásicos” que han seguido los países más avanzados. Para dar un salto cualitativo y recortar las distancias necesitan adoptar los procedimientos y tecnologías más avanzadas directamente.

Pagos por aplicaciones móviles sin pasar por el desarrollo completo del sistema bancario. Elaboración de catastros con apoyo vía satélite sin esperar a contar con un ejército de peritos que visite cada terreno. Establecimiento de buzones electrónicos antes que confiar en una planificación urbana y unos sistemas de correo que determinen la localización geográfica de los contribuyentes. La facturación electrónica antes que la capacidad para exigir y controlar volúmenes ingentes de documentación física. Sistemas informáticos de información y atención al contribuyente sin aguardar a tener la capacidad de prestar la atención en oficinas físicas, etcétera, etcétera.

Y para realizar este salto es imprescindible partir de la experiencia de aquellos países que han vivido situaciones similares a las existentes en los países de menor renta, que conocen sus dificultades y han tenido que superar los fracasos (casi) inevitables en una transición de este calibre, apoyándose en muchos casos en los organismos de colaboración regional como CIAT.

Contribuir a hacer posible este cambio es el objetivo del libro que presentamos a toda la comunidad tributaria a través de esta serie de blogs y que es el fruto de la colaboración de CIAT con la Fundación de Bill y Melinda Gates (BMGF), con la participación de más de 36 expertos en tecnología y tributación.

Tal y como desarrollaremos de forma resumida a través de este canal a través de las diferentes entradas vinculadas a cada uno de los capítulos -y como se podrá consultar con mayor detalle en el libro-, la transformación de las administraciones tributarias de los países menos desarrollados a través de la adopción de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación no es un camino sencillo, presentando un alto nivel de exigencia en su planificación y en la reforma institucional de las organizaciones. Pero, al mismo tiempo, estamos convencidos de que representa una oportunidad casi única para superar las limitaciones a las que se enfrentan y edificar unas nuevas administraciones preparadas para cumplir con las demandas de la sociedad de manera justa y eficiente.

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Aclaración. Se informa a los lectores que los puntos de vista, pensamientos y opiniones expresados en el texto pertenecen únicamente al autor, y no necesariamente a su empleador ni a ninguna organización, comité u otro grupo al que el autor pertenezca, ni a la Secretaría Ejecutiva del CIAT. De igual manera, el autor es responsable por la precisión y veracidad de los datos y fuentes.

1 comentario

  1. juan avila Respuesta

    «La carga de trabajo a la que se enfrentan, medida en términos de población, es inversamente proporcional al nivel de renta. Por ejemplo, a cada trabajador de las administraciones le correspondería una población de unas 1.300 personas en un país de renta alta, más del doble, en torno a 3.000, en los países de renta media alta, más de 6.000 en los de media baja y más de 12.000 en los de renta baja.» Me parece que en un futuro este ratio ya no deberia ser considerada una fuente de informacion importante debido a que los sistemas informaticos supliran el numero de funcionarios y en la medida que una administracion tributaria cuente con menos trabajadores (menos burocracia) podra ser mas considerada mas eficiente, salvo mejor opinion. O el factor humano es irremplazable? O el ratio depende de cada area especifica?

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