La reciente crisis provocada por la pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve la importancia de contar con un Plan de Continuidad y ha recordado la necesidad de una atención extendida hacia este elemento estratégico. Las crisis pueden afectar la continuidad de los procesos administrativos, tanto manuales como informatizados, y pueden abarcar desde eventos climáticos/fenómenos naturales hasta ataques cibernéticos, conflictos geopolíticos, cambios regulatorios y crisis sociales.

Las administraciones tributarias son organizaciones vitales para un país y no están exentas de este tipo de perturbaciones, por lo tanto, deben mejorar su resiliencia y abordar la protección de sus actividades como una necesidad estratégica.