Mitos, leyendas, tradiciones y otras cosas así (vi)
Direcciones sobre las direcciones
Leyendo un documento sobre el registro de contribuyentes en que se enumeraban los elementos de información que sobre los contribuyentes y sus establecimientos se debe tener, recordé una conversación de hace algunos años, tal vez 20, en la que se definían los campos de dirección que tendría el nuevo registro, y la forma en que estos campos aparecerían en el formulario de inscripción. La propuesta original que alguien había presentado era la de estructurar la dirección en campos separados que así permitirían que las personas fácilmente ubicaran una dirección completa, se minimizarían los problemas de captura de datos, y facilitaría las búsquedas y los programas de presencia fiscal. Los campos identificados en la primera propuesta eran ciudad, parroquia, calle o avenida, número, y apartamento u oficina.
La discusión empezó cuando alguien sugirió que era muy frecuente usar la calle que cruza como referencia, y que resultaría muy conveniente agregar el campo intersección
Otra persona, propuso muy rápidamente que era útil incorporar un campo para el barrio. Parecía muy natural para quienes como yo, chullita quiteño al fin, cantaron siempre que la Loma Grande y la Guaragua eran todos barrios tan queridos de mi gran ciudad. Pero con la misma naturalidad alguien dijo que no todo el mundo lo toma bien cuando le preguntan en que barrio vive, así que luego de que la diferencia semántica caraqueña fue explicada, se acordó que el campo se pondría pero que en el formulario se llamaría urbanización o barrio. Entonces, un guatemalteco nos hizo ver que faltaba la zona: ¿de qué otra manera mucha íbamos a diferenciar una octava avenida de otra?.
Yo objeté que el campo número fuera obligatoriamente numérico, recordando que el número podría tener letras y guiones, como había ocurrido con el N35-102 de la que había sido la casa de mi madre. Hubo sorpresa para aquellos que pensaron que siempre era como en el tango y que en todas partes habría un 348 en la avenida Corrientes. Pero la sorpresa fue mayor cuando alguien planteó que no siempre habían números y que en algunas partes, el lugar de los números le correspondían a los nombres de los edificios, o de las quintas, villas o casas, que frecuentemente tenían nombres. El campo, que ya se había vuelto alfanumérico se amplió para acomodar cosas como: Quinta La Alsacia o Edificio Anauco y cambió en el formulario el nombre a “Número, edificio, quinta, casa”.
Otro caraqueño preguntó qué cómo se pondría cuando la dirección se expresaba en esquinas. Sonreí. Por primera vez había entendido la estrofa de la “Perla Negra” _ la de Yordano, no la del pirata _ en que nos guiaba de una esquina a la otra… de Pinto a Miseria. Alguien sugirió que en lugar de intersección, se pusiera coordenadas y así también se cubría ese caso. Las protestas no se hicieron esperar. Poner un campo llamado coordenadas en un formulario que pedía la dirección podía tener resultados impredecibles. Algunos de los presentes confesaron que ellos mismos no tendrían la menor idea de qué poner ahí.
La discusión del nombre del campo terminó cuando alguien recordó la curiosa dirección de un lugar al que llegó sin problemas y que estaba: “de donde fue la embotelladora, tres arriba y dos al lago”. El campo quedó y se llamó referencia. En la práctica, el campo referencia resultó muy utilizado. Con frecuencia con frases como a un lado del edificio tal, o frente al cine cual; pero también alguna vez para registrar el nombre de la embarcación en que alguien trabajaba y vivía en el puerto de un río. Y, al menos una vez, para registrar la inconformidad de alguien que, para satisfacción del bogotano que luego de leerlo repitió con orgullo “yo les dije”, escribió: ni avenida, ni calle yo vivo en una carrera.
Hoy sé que en cada lugar hay un sistema. En cada ciudad unas calles Durazno y otras Concepción. Los locales y quienes pasan un tiempo aquí pronto conocen la avenida “Tumba Muerto” pero tardan en saber que en realidad se llama Ricardo Alfaro. Y nosotros sabemos que tan útil como saber que la sede del CIAT está en la Av. Ramón Arias, es saber que es la continuación de vía Brasil.
Hoy pienso que un buen sistema para identificar direcciones es aquel que le resulte natural a quien la escribe y a quien la lee y en lugar de muchos campos atomizados prefiero la alternativa de línea 1 y línea 2. Pero creo que es hora, para quien todavía no lo ha hecho de regresar a un pedazo de esa discusión y agregar en los sistemas para cada dirección las coordenadas; longitud y latitud. Facilitando así la integración con sistemas geo-referenciales y encontrarnos en un mapa. Eso sí, la forma de capturar esas dimensiones dista mucho de ser un par de campos en un formulario impreso.
Por supuesto es solo mi opinión y puedo estar equivocado. Saludos y suerte.
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7 comentarios
Raul, lá ubicación electrónica és la actualidad y futuro, en términos fiscales, como Yo hablaba con los amigos de CIAT. Y más, con esta ubicación oficial, mantenida por el gobierno, todos naturales y jurídicos estuverian identificados y con su datos (RUC) y cuenta corriente mantenida por las DGI y los sistemas actualizados.
Facilitar y garantizar las comunicaciones con lo contribuyente ..
Piense que debe ser alvo de un estudio futuro….
Y perdón por mi español… En desarrollo …
Estimado Raúl:
Te felicito por sensibilizarnos en temas humanos y culturales. Tu artículo me mueve a reflexionar la necesidad de humanizar muchos de nuestros paradigmas técnico-tributarios. Proyectamos como Administraciones Tributarias recabar información, de todo tipo, y todo color, y la gran interrogante es si todas son imprescindibles, si serán comprensibles para los contribuyentes, y si en realidad sin querer, estamos complicando mas que facilitando.
La dinámica de “tormenta de ideas” meramente recopilativa y acumulativa es solo un punto de inicio. Tenemos que ejercer “empatía” y ponernos en el lado cultural del otro. Realmente nos has hecho reflexionar.
Saludos,
Oí Décio…obrigado por seu comentário e parabéns por seu espanhol
Creo que efectivamente debemos promover el intercambio concreto de ideas sobre los mecanismos y formas que se están utilizando ya en administraciones que han implementado, total o parcialmente, domicilios fiscales electrónicos. Será interesante, por ejemplo, analizar como alguna administración lo ha implementado con una especie de acuerdo privado con el contribuyente, otra en cambio cuenta con una norma expresa en el Código Tributario.
Ojalá pronto podamos juntarnos y charlar al respecto.
Estimado Juan Carlos
Muchas gracias por sus generosas palabras.
Saludos
Estimado Raul
Muy interesante tu artículo, resalto el carácter ameno con el que tratas el problema.
Comparto la idea de incorporar la ubicación de contribuyentes por coordenadas. El uso del GPS se ha extendido y es común que tanto los teléfonos móviles como los vehículos tengan dicho dispositivo, que permite obtener la dirección precisa. Sin embargo, en caso de llegar a aplicarse en países con diferencias sociales muy grandes, para personas físicas debería incorporarse como dato adicional ya que no todos sabrán en qué consiste eso. Me parece muy válido que se lo incorpore como exigencia para el caso de compañías, a fin de ubicar la sede y sus respectivas sucursales. En un mundo globalizado en el cual los intercambios de información se vuelven más comunes, ayudaría mucho que las distintas Administraciones Tributarias compartan un mismo esquema de identificación geográfica.
Saludos desde la mitad del mundo,
Es verdad, da un poco de desconfianza haber reservado un hotel cuya dirección es de la Casa de las Dos Lunas, 2 cuadras a la derecha. Otros podrían decir que es una dirección para una novela … romántica o de terror? Sólo al llegar lo sabrás. Otras direcciones tan organizadas como en La Plata, Argentina con calles y casas numeradas, que también tienen sus trampillas … pocos sabemos que la calle 52 en una parte de la ciudad existe y en otra no.
Las coordenadas sería hoy la herramienta tecnológica que brindaría esa solución a la ubicación geográfica. Cuando se inscriba el contribuyente, el mismo software de la AT grabará las coordenadas respectivas, … simple, ágil.
En cuanto a la ubicación electrónica, para los contribuyentes voluntarios, es la solución más deseada por ellos (me incluyo!), que mejor que al igual que mi banco o mi tarjeta de crédito, la AT me comunicará todo por correo electrónico y yo le respondiera de igual manera.
Sin embargo, para los ya no tan voluntarios contribuyentes, también es la solución más deseada. Para un “no voluntario”, es un “excelente” servicio el saber que está haciendo la AT con sus obligaciones y sus reclamos, y que esa AT nada sepa dónde está su/s ubicación/es geográfica/s.
Adicional, mientras la AT prefiera embargar su ubicación geográfica, en vez de sus patentes, regalías, inversiones (no simplemente su saldo de una cuenta bancaria) o dominios de internet, habrá que convivir con ambas ubicaciones.
Saludos
El tema que nos estás planteando Raúl de una manera muy amena y entretenida termina siempre resultando de importancia clave para cualquier AT. Recientemente tuve la oportunidad de participar en el diseño y la administración de los procesos de recaudación y gestión ante el incumplimiento de la AFIP en Argentina y en todo momento estuvo presente el factor «notificación de comunicaciones fiscales» directamente asociado al atributo «domicilio» de cada contribuyente, como un continuo limitante de cada proyecto de mejora.
Desde este enfoque, llegamos a realizar algunas pruebas de «georeferenciación» de los principales contribuyentes nacionales, registrando en bases de datos las coordenadass de longitud y latitud correspondientes a sus domicilios e intengrando estos datos con aplicaciones de «busineess intelligence» con capacidad para su procesamiento y explotación por parte de usuarios funcionales.
Si bien actualmente la AFIP está privilegiando al momento del registro de los contribuyentes y responsables la captura de sus datos biométricos por entender prioritario contar con mejores elementos para prevenir y actuar ante casos de desconocimiento de personería, seguramente en no mucho tiempo se generalizará para las empresas y principales contribuyentes la captura de este tipo de datos georeferenciales correspondientes a los domicilios de sus distintos establecimientos y oficinas.
La tecnología se encuentra disponible a un costo relativo bajo y cualquier inversión que una AT haga en el momento del registro para asegurarse la veracidad de este tipo de datos ya sea en equipos u horas hombres dedicadas a la tarea, tengamos la seguridad que se verá ampliamente compensada por los menores costes operativos y la mayor efectividad lograda durante el resto del «ciclo de vida» del contribuyente.
Más aún, entiendo que las AT debieran avanzar en plantearle a los prestadores del servicio de correo postal al momento de negociar la contratación que cuenten con la posibilidad de recibir este tipo de datos y utilizarlos en forma sistemática, de manera de mejorar sensiblemente los índices asociados de notificación positiva de comunicaciones fiscales.
Es un tema realmente interesante, que al igual que lo que expresan algunos colegas en sus comentarios, pienso que no por viejo y conocido deja de necesitar ser replanteado y de recibir mucha mayor importancia por parte de nuestras AT.
Saludos
Muy interesante su articulo, indefectiblemente, la administracion tributaria para efectos de su inscripcion en su registro de contribuyentes, tiene que confirmar el domicilio fiscal que éste consigno en su solicitud para que certifique la existencia o no del mismo para que posteriormente, la adminstracion tributaria no tenga problemas con las acciones de inspeccion y fiscalizacion de cumplimiento de obligaciones tributarias, y tambien para enviar comunicaciones para los contribuyentes que aun no han optado por el uso de las herramientas virtuales.
Saludos