Algunas cosas conectadas
Más allá de Río
Un excelente reporte presentado por Socorro Velázquez en CIATalk nos habló ya del contenido de nuestra Asamblea General.
No insistiré sobre las excelentes y exitosas experiencias que los distintos ponentes nos compartieron. Pero sí sobre términos que están, digamos, de moda en el ambiente de las tecnologías de información que fueron analizados, algunos, o mencionados, otros, tanto por expositores como por el público.
Temas como la internet profunda, la interoperabilidad, las nubes, la Big Data, el software como servicio, la ingeniería social, la seguridad, la privacidad o su ausencia, la ubicuidad de los dispositivos móviles, los científicos de datos y las monedas cifradas, fueron todos citados. Con un poco de suerte, podremos debatir sobre ellos por este u otros medios en el futuro cercano. Entre esos temas de moda uno que apareció más bien poco, lo que me llevó a escribir este post, fue la internet de las cosas.
Aunque fue brevemente mencionado en la conferencia inaugural, y luego por nuestro colega Newton Oller de Mello en una pregunta, debo confesar que me sorprendió un poco que no saliera a relucir en la parte final del panel cuando Jeffrey Owens invitó a pensar en la administración tributaria que visualizamos en 20 años. Jugar a ser futurólogos nunca será sencillo. Pero les invito a desarrollar el ejercicio siguiendo un camino ciertamente más conocido. Intentemos recordar dos cosas: como eran las administraciones en 1994 y cuáles eran las palabras de moda en el ámbito de las tecnologías de información en esa época. En cuanto a lo último, tal vez concuerden conmigo que lo «cool» era el «downsizing» a cliente-servidor, los teléfonos celulares tan portátiles como un ladrillo, y la World Wide Web. El primero tuvo sus quince minutos de gloria y fue ya hace tiempo sustituido por las n-capas, primero, y la nube, después. Pero los dos segundos, el celular y la Web, cambiaron las reglas del juego completamente, tanto para la vida de las personas, como para el desenvolvimiento de las empresas privadas y de la administración pública, muy particularmente la tributaria. Por entonces, tal vez la meta ambiciosa para algunas compañías telefónicas era un teléfono en cada casa, hoy es tal vez un teléfono inteligente de última tecnología en cada mano.
Sin esos desarrollos tecnológicos, y la abrumadora adopción de los mismos por las personas, algunos números que fueron mencionados en la Asamblea habrían sido la expresión de fantasías y delirios, en lugar de ser lo que son: estadísticas medidas de los procesos exitosos. No se habrían podido recibir una declaración de impuesto sobre la renta cada 8 décimas de segundo en el último día de presentación en Brasil, ni de certificar 33 millones de comprobantes digitales en un día en México, ni reducir el tiempo promedio para procesar un reintegro de 119 días a 3 en España. Tampoco habría sido posible preparar declaraciones borrador para proponer a los contribuyentes a partir de datos, no de presunciones, y enviarla a millones de contribuyentes.
Hoy hay muchas cosas conectadas a la Internet. Literalmente. Algunas de ellas son para ser usadas: lentes, relojes, monitores de salud, collares para siempre localizar a su mascota. Otras, que parecen haber salido de un programa de los Supersónicos, como neveras o aires acondicionados. Poder enfriar o calentar su casa desde su teléfono antes de llegar no está mal, ya que su nevera le envíe un mensaje de Whatsapp recordándole que no hay refrescos, o que envíe la orden de compra directamente al supermercado puede ser un esnobismo. Pero si la nevera es en realidad una máquina de venta de refrescos puede tener más sentido, aun más si informa de la presión del gas, el consumo de energía, los hábitos de los usuarios, etc.
El aumento de la conectividad, la capacidad de miniaturización de equipos de control y sensores, el bajo consumo de los circuitos integrados y el desarrollo de estándares para servicios web hace posible que estos desarrollos se vayan popularizando. La industria prevé que el número de dispositivos conectamos a la Internet superen los veinte mil millones en pocos años.
¿Cómo afectará eso la administración tributaria? ¿Tanto como la propia Internet en su momento? No lo sé, pero es posible e incluso probable.
En la relatoría que hice de la Asamblea en Río cité un ejemplo. No porque afirme que sucederá así sino porque tecnológicamente pronto estarán dadas las condiciones para que pase. Algunas de las cosas que van a estar conectadas a la Internet son los vehículos. No tanto para siempre poder saber donde estamos o donde estuvimos – ¿o debería decir además de? – sino para monitorear el consumo de combustible, la presión en los neumáticos, la viscosidad del aceite, la temperatura del refrigerante y transmitirlo cada minuto, o cada segundo, y con ellos monitorear los hábitos de conducción, un potencial problema, y otras cosas así. Incluso un día tal vez no muy lejano conducirse a sí mismos.
Sin duda, que como ya ocurre con algunos deportistas profesionales se podrá intentar corregir hábitos de conducción, el mantenimiento del vehículo se hará cuando sea necesario y no cuando marque el odómetro, pero otras aplicaciones serán también posibles. Por ejemplo, descuentos en las pólizas de seguro determinadas por sus hábitos de conducción, incluyendo los lugares y las horas por donde transita, o informar a la patrulla más cercana cuando se detecte un estilo de conducción generalmente asociado a la ingesta de, por ejemplo, alcohol.
Una de las cosas que podría cambiar es el impuesto a la circulación de vehículos. Varias administraciones tributarias, aunque generalmente locales, administran este tipo de impuestos o tasas de circulación. Hoy pueden responder a criterios como el precio del vehículo, con un espíritu de progresividad; o al peso del vehículo, pensando en el desgaste de las vías; o al año de fabricación, pensando en el medio ambiente y la polución. Imaginemos que será posible determinar esos valores por criterios completamente objetivos a partir de medidas captadas por sensores, dispositivos de GPS, antenas y muchas cosas en el vehículo conectadas a los servidores de la Administración a través de la Internet.
Así se podría determinar partes de la tasa por el uso exacto de las vías de la ciudad y al mismo tiempo eliminar todos los peajes; por el uso de los estacionamientos públicos en las calles y avenidas, por el desgaste sobre el pavimento determinado por el peso real del vehículo; la contaminación del ambiente medida por sensores durante la emisión de gases, y quien sabe, introducir descuentos o créditos por el uso eficiente del vehículo con dos o más pasajeros en horas pico. El sistema se encargaría también de las multas automáticas por estacionarse en lugar prohibido, por conducir a exceso de velocidad o no detenerse completamente en las señales que así lo demandan. Todo en línea, en tiempo casi real. El cambio sustancial del hecho imponible sería drástico, pero también la capacidad de influir desde el estado con políticas sobre los hábitos de comportamiento.
Asusta un poco, o mucho. No digo que va a pasar, solo que tecnológicamente podría pasar. Ojalá que cuando ocurra, si ocurre, seamos capaces de hacerlo bien, para mejorar las cosas y no para instalarnos en alguna historia macabra que nos recuerde a 1984, la novela, no el año. La tecnología no es por sí misma ni buena ni mala. Su uso depende y dependerá de nosotros.
Saludos y suerte.
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14 comentarios
Excelente post, Raúl
Gostei mas creio que não poderei viver tanto para ver tudo isso. Ainda bem pois já fico cansada só de pensar em aprender tudo isto. Bjs
Interesante perspectiva.
Deberíamos convencernos de que el cambio continuo y permanente es nuestro futuro.
Quizas podríamos acuñar el término de prospectiva tributaria
felcitaciones
Efectivamente, felicito tu post Raúl, que incluye mucha enfasis al tema de proyección sobre los medios que hoy por hoy, han marcado el paso de lo que hoy conocemos como un «FLAT» de uso comun, la intenet y los medios tecnológicos.
Y es verdad, no sólo es un tema puntual sino que abarca un sin número de aspectos de la sociedad y que de acuerdo a una no tan dificil proyección, podemos visualizar lo que en poco tiempo podremos ver.
Nos esperan mas cambios?, sin duda, el como la humanidad los administre es el «kit del asunto», por lo pronto los que hoy estamos en el campo del desarrollo tenemos la plena convicción que debemos hacerlo con generosa responsabilidad y hacer de nuestro mundo un hogar mas justo en muchos pero muchos aspectos que faltan resolver.
Un gran saludo desde Perú – SUNAT.
Excelente reflexão. A mudança de comportamento da sociedade nestas duas últimas décadas tem sido um dos grandes desafios para a Administração Fazendária. Não podemos continuar com a vigência de legislação tributaria que não esteja compatível com a recente revolução tecnológica. Com certeza temos muito trabalho pela frente! Parabéns pelo texto, Raul.
Interesante de pensar en las diferencias entre innovaciones duraderas y innovaciones momentáneas!
Me parece que en los cambios tecnológicos como en los cambios tributarios, hay que seguir las evoluciones de las preferencias sociales. Por ejemplo, en una población en donde fumar es mas y mas rechazado y controlado, hay que anticipar que los ingresos vinculados con el tabaco van a bajar…En una ciudad que desarrolla muchos sistemas de transporte publico, es posible que un impuesto vehicular proporcional al uso del vehículo sea aceptado pero no en una ciudad donde el transporte publico es malo…Muchos ejemplos me vienen en la mente al respecto, sobre las diferencias entre una tributacion inteligente y la distopía de «1984», o del «Brave new World» – «Un Mundo Feliz» de Huxley.
Me parece excelente toda la analogía y los pensamientos tecnológicos a futuros que se hacen; al final, son ideas fantasiosas que pueden ser el nuevos proyectos de creación de aquellos imaginarios «locos» que desarrollan las herramientas de tecnologías de la información (TI).
Considero que en su momento fueron tachados como «locos», las personas que desarrollaron sistemas operativos, celulares, internet, redes sociales, entre otras.
La reflexión que expongo es la siguientes preguntas:
Qué tan pareja está de la mano la legislación en materia de TI con los avances y ocupación de las TI en la Administración Tributaria. No es una carrera de obstáculos que las TI han librado sin problemas pero donde la legislación está tan atrasado que brinda los principios de certeza y certidumbre jurídica a los usuarios (contribuyentes).
El uso excesivo de herramientas de TI en la Administración Tributaria es un factor de desigualdad y rompe los principios de simplicidad tributaria en un país, porque no toda la población tiene la capacidad económica para su uso y compra o conocimientos para su aplicación.
Las Administraciones Tributarias se han preocupado e invertido para blindar la operación y facilidad para que los contribuyentes (y sólo cierto sector) cumpla con sus obligaciones fiscales a través de las TI, pero qué pasa, cuando usuario (contribuyente) padece de un robo de identidad cibernética; primero se les castiga bajo prueba en contrario…
Creo y felicito el uso de TI, pero no debemos perder de vista los demás compañeros de equipo que forman parte del jugador estrella que es las TI y donde este corredor está muy por delante de sus demás integrantes.
Saludos
Analizándolo de ese modo asusta un poco pero es cierto que hoy en día muchas de las alternativas planteadas podrían ser llevadas a cabo.
Muy interesante el post, abrazo Raúl.
Es cierto que el uso de la tecnología tiene sus riesgos pero son los mismos riesgos que están presente en el mundo “físico”, con la ventaja que en algunos casos la tecnología brinda herramientas para detectarlos o al menos par hacer más difícil el ilicito.
Excelene artículo. Sin duda los adelantos en materia de informática y tecnología nos permiten brindar mejores servicios a los administrados y a la vez recabar información de calidad para asegurar el cumplimiento tributario. En esta medida en Chile se está trabajando fuertemente en la Facturación electrónica, en proporcionar a los contribuyentes sus proyectos de declaraciones a través de los cruces de información basados en Declaraciones Juradas obligatorias y así prgresivamente, basados en que la mayoría de los contribuyentes está de buena fe y que la clave está en facilitar el cumplimiento.
Estimo que también el uso de las tecnologías ayuda mucho en el proceso de educación tributaria, tanto a nivel escolar, donde se puede utilizar para apoyar a los Colegios a difundir cada vez más y mejor la importancia de la tributación y el cumplimiento tributario, como para llegar también a lugares apartados de nuestra geografía, brindando información y ayuda.
También se puede facilitar y disminuir el costo del registro de los diversos actos jurídicos, mejorando la confiabilidad, el archivo de los mismos, el conocimiento por terceros, a través de la firma electrónica.
Hay posibilidades infinitas e inimaginables para estos adelantos y su uso nos está cambiando ya la vida para mejor en muchos aspectos.
Excelente Raul, y sería muy efectivo, tanto para corregir las conductas (estacionarse en lugares prohibidos), como para la aplicación de sanciones en tiempo real. Esperemos a ver que pasa , todo es posible. Feliz dia!
Muy bueno artículo!
Excelentes son los artículos que remite el CIAT siempre. Es verdaderamente una fuente de información que nos ilustra y nos transmite todos los conocimientos que se van dando cada día. Es muy oportuno siempre recordar que si bien es cierto que el futuro es incierto, el hombre siempre va innovando y creando nuevas herramientas en todos los campos, lo que nos hace crecer. Efectivamente, la tecnológía es cada día más avanzada, ya no tenemos que esperar un mensaje de los que existían antes, como las telegramas, las cartas vía correo, encomiendas, entre otros. Hoy día todo es más ágil y moderno. Y cuál es el resultado para la materia tributaria por ejemplo: como bien se ha indicado si hay una fiscalización, un cobro a un contribuyente, todo es más rápido mediante los sistemas electrónicos.
Ahora bien, cada día nos trae nuevas oportunidades de mejorar por ejemplo en los sistemas informáticos, porque no hay nada que no se pueda mejorar. Todo es objeto de una enmienda, de una corrección de un error, porque es la experiencia y las nuevas oportunidades de conocimiento que nos hacen ser cada día mejor en todos los campos, llámese medicina, arte, ciencias, tecnología popiamente y esto nos facilita también en la parte de las Administraciones Tributarias, que siempre estarán a brindar un mejor servicio a los ciudadanos y contribuyentes de todos los tributos.
Que buen artículo, al leerlo mi mente regresó en el tiempo… pero también hace meditar sobre las posibilidades actuales y futuras de lo que las TI nos brindan en todos los ambientes y porsupuesto en las AT.
Saludos desde Guatemala