Bisagra de otro orden imaginado – Parte 2

viene de Bisagra de otro orden imaginado – Parte 1

… el orden social vigente

En la Grecia de Aristóteles podemos encontrar  el origen de las bases democráticas del orden que a partir del 1789 rige la mayoría de las comunidades del globo hasta la actualidad

Emergen en tal orden una figura gobernante: el Estado, que administra las políticas de bienestar general  de la sociedad y presta los servicios que las soportan, y un núcleo social activo que aporta los recursos que se necesitan para ello.

Las personas que componen el núcleo activo atienden normas, valores y convicciones propias personales, y adoptan asimismo las relacionadas con el comportamiento, las ideas y las convicciones de la sociedad con la que se identifican. Las normas sociales no son estáticas, evolucionan y  se transforman a la vez en normas personales.

La sociedad puede tener participación en las decisiones del Estado de manera directa o mediante agrupamientos sociales intermedios legítimos o representativos.

La insatisfacción en la escala de supervivencia se manifiesta externamente en  protestas sociales que  pueden incluir el incumplimiento solidario de la sociedad.  Cuando el pueblo consensúa libremente con el poder el ejercicio de sus derechos vive en democracia, cuando el clamor popular no es escuchado, prima el autoritarismo.

La actualidad nos demuestra que ciertas aspiraciones autoritarias, dictatoriales o déspotas encuentran en la pandemia argumentos que las disfrazan, aporta  para ello sus “cuarentenas” interminables y  “estados de sitio” que suspenden los derechos fundamentales con el argumento de su necesidad sanitaria.

Los altos niveles de marginalidad existentes en la sociedad -actualmente agravados por las circunstancias que se viven con el COVID19-  generan  mayorías vulnerables que frecuentemente alcanzan liderazgos políticos, llegando al poder sin la educación adecuada con demasiadas necesidades insatisfechas y grandes ambiciones, que con el tiempo convierten la democracia en despotismo y las ambiciones en corrupción.

… el nihilismo en el orden social

Los problemas socioeconómicos y fiscales – expresan Matthijs Alink y Víctor Van Kommer[1] – generan comportamientos reactivos a toda condición que el Estado y la ciudadanía establezcan para consolidar el orden.

Desconocer el orden vigente  influye en la formación de las ideas, valores y actitudes que conforman la cultura fiscal.

Cuando la sociedad no comulga con el orden social imperante, resulta el caos que inhibe la posibilidad de consensuar ajustes de las decisiones del poder y deja espacios al autoritarismo y al ejercicio coercitivo de sus facultades.

Sin  movilidad en las clases sociales o cuando los partidos políticos sólo representan a conglomerados emergentes en la sociedad, los ciudadanos los perciben como representantes de una cultura codiciosa.

… es menester crear nuevos órdenes más solidarios

Dar valor a la contribución social en términos morales, implica reconocer en la  solidaridad uno de  los valores de la humanidad.

La solidaridad abierta es un valor moral, que no nace en la “naturaleza” ni en una ley sociológica, es parte de la libertad, abarca toda la condición humana, reconoce  igual dignidad de todos los seres humanos y  asume la compasión como el elemento que la identifica.

El concepto de solidaridad ha experimentado un proceso de transformación que se refleja en todos ámbitos: para algunos es la reivindicación de derechos fundamentales y para otros una actitud de piedad que llaman “asistencia”.

No son pocos los presupuestos estatales que administrados indiscriminadamente bajo el rotulo de asistencia social,  alimentan políticas populistas que no incluyen la prestación de servicios sanitarios y educativos ni la creación de fuentes de trabajo.

… conduce al pacto social Estado-Comunidad

La idea de pacto social gira en torno al modelo de sociedad en que la comunidad aspira a convivir, definiéndolo en las condiciones: rol del Estado que ha de caber en tal modelo; sistemas de gasto e inversión públicas y de financiamiento e intercambio de derechos y obligaciones entre el Estado y los ciudadanos.

El orden vigente en la sociedad, obliga al Estado a prestar  servicios apropiados al bienestar general y a reclamar el derecho al aporte que le permita prestarlos y a la sociedad a cumplir con su aporte y a reclamar sus derechos al servicio del bienestar, generando un compromiso que se pone al servicio de las  ideas sociopolíticas predominantes en un contrato.

Las decisiones socioeconómicas y especialmente las fiscales que administran el comportamiento del pacto Estado-Comunidad requieren especial reflexión para el  cambio, insistir en las políticas vigentes hasta el 2019 aportan mayor confusión al ya desabastecido erario, hoy es dable comprobar la tozuda persistencia en el uso de técnicas e interpretaciones hipotéticamente redistributivas, de un orden regresivo obsoleto solo beneficioso para quienes viven de su interpretación.

“Ser patriota es sostener un buen sistema sanitario, pagar impuestos refiere Harari en su muy interesante entrevista

La historia de pandemias con sus secuencias en la humanidad, las crisis derivadas de ellas, las ineficiencias gubernamentales, las faltas de solidaridad en los aportes y una degradada economía que hace de la informalidad un hito social, han acreditado repetidamente la “escasez de patriotas” en la actualidad.

El cumplimiento del pacto requiere la existencia de la supremacía del derecho basado en condiciones democráticas adoptadas por el Gobierno y los ciudadanos

El COVID19 ha traído dudas de la efectividad de la democracia como forma de gobierno, el pacto social ha sido roto, los gobiernos no han atendido debidamente las necesidades sanitarias ni las educativas, ni han podido superar las dificultades económicas derivadas que dejan una sociedad empobrecida, desempleada, imposibilitada de solventar los gastos sociales y enclaustrada bajo el argumento de “cuarentena”.

… predicciones y amenazas

Yuval Noah Harari, parece haber dejado de interpretar el mundo para analizar cómo se transforma. Desde el inicio de la pandemia su posición ante la crisis económica imprime neto carácter político a las predicciones que plantea para un futuro inminente, resumo párrafos suyos que a mi juicio amplían una visión “futurible” de la humanidad:

  • Sobre la política socioeconómica…

    El mayor peligro del COVID19 ahora es económico y político, no médico. Las repercusiones de la pandemia pueden ser catastróficas y durar muchos años, con el colapso de regiones como Sudamérica.

    Es necesario desarrollar un cambio de paradigma en las estructuras políticas y económicas actuales, se construyeron cuando no existía la actual tecnología “Hay que reinventar la democracia y el sistema económico”.

  • Sobre el sufrimiento…

    La moralidad no es acatar las leyes, sino reducir el sufrimiento, que es un fenómeno biológico universal. En el siglo XX la democracia liberal era el mejor sistema político, el más efectivo para reducir una parte del sufrimiento humano, dentro de 100 años hará falta un nuevo tipo de sistema político, que permita liberar a las personas del sufrimiento.

    En esta pandemia hemos visto que es mejor cooperar con otros países para desarrollar una vacuna o impedir la propagación del virus. Todos necesitamos un buen sistema sanitario y hay que pagar por ello. Es necesario que la COVID19 extinga de una vez el modelo de la privatización, no se puede pensar seriamente en liberar al mercado la gestión de la salud pública.

  • Sobre las religiones…

    ¿El tiempo de las religiones ya ha pasado? ¿El desarrollo tecnológico hace innecesario su relato? Harari no cree que tengan necesariamente que desaparecer, aunque piensa que deben adaptarse a las nuevas circunstancias. Para impulsar una amplia cooperación global también hace falta algo de mitología que una a la gente, pero podemos elegir mejores relatos expresa. Las sociedades más prósperas son las menos religiosas.

  • Sobre la vigilancia social…

    Los Gobiernos y corporaciones van a ser capaces de conocernos mejor que nosotros mismos; entender nuestras emociones y pensamientos, nuestra personalidad. Una forma de control social con la que los regímenes totalitarios siempre han fantaseado.

Países muy cuidadosos en la protección de los derechos de sus ciudadanos están legitimando el uso de nuevas tecnologías de vigilancia. Tal vez dentro de 50 años se  recordará la pandemia  no por el virus, sino por la época en que todos empezaron a estar vigilados por el Gobierno.

Puede que el principal reto que afrontamos sea el que está haciendo posible “piratear” a los seres humanos, recolectar tantos datos de la gente que un sistema externo pueda llegar a conocernos mejor que nosotros mismos y trate de manipularnos.

Ese puede ser su gran legado. Sobre todo si existe vigilancia biométrica, no solo para saber adónde va y con quién se encuentra una persona, sino también  para observar qué pasa en el interior de su cuerpo: su presión sanguínea, pulso del corazón, actividad cerebral.

“…algunos países parecen estar ya “avanzando o aspiran avanzar” en el control social que menciona Harari,  tal vez con las intenciones que manifiesta..…

… ansiedad por un nuevo orden

Hasta aquí un somero resumen de ideas y prejuicios alentados por la reacción social frente a la pandemia  que somete a la comunidad al desafío de la elección de su futuro a partir de hecho natural que la afecta.

El mundo parece estar tomando conciencia de la necesidad de un nuevo orden, y así  lo ha demostrado el presidente de Francia.

Durante su intervención telemática en la 75 Asamblea General de las Naciones Unidas, celebrada este 22 de septiembre de 2020 en Nueva York (EE.UU.) el presidente francés, Emmanuel Macron,  pidió construir «un nuevo orden» mundial[2]

Macron argumentó que la pandemia del coronavirus «debería actuar como un shock eléctrico, como algo que obliga a despertar y salvar vidas» y a replantearse una deriva global que ya tendía hacia el nacionalismo y que se ha «acelerado» con la nueva crisis.

«Debemos construir un nuevo orden, y eso significa que Europa tiene que asumir plenamente su responsabilidad», sin limitarse a ser » espectadores decepcionados de una impotencia colectiva» subrayó.

El líder francés instó a concebir las bases de una nueva globalización, «más justa, más equilibrada, más equitativa y más duradera», que integre la lucha contra las desigualdades de todo tipo y contra el calentamiento global.

Prometió hacer propuestas pronto en ese sentido, y adelantó que «África será, con Europa, el motor de esa redefinición de los términos de la globalización».

Reflexión final

¿Será éste el momento de bisagra? Corresponderá a los historiadores del futuro juzgar cuán sabiamente usamos la influencia a la que referimos, si lo fuera.


[1] Matthijs Alink y Víctor Van Kommer, Manual de Administración Tributaria
[2] ONU ASAMBLEA,  Macron pide construir «un nuevo orden» mundial no definido por EE.UU. y China, https://www.efe.com/efe/america/mundo/macron-pide-construir-un-nuevo-orden-mundial-no-definido-por-ee-uu-y-china/20000012-4349392

 

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