Cooperación y coordinación
Remar para el mismo lado
La cooperación tal y como se define en el diccionario de la lengua española es “Obrar juntamente con otro para un mismo fin” mientras que coordinar se define como “Concertar medios, esfuerzos, etc… para una acción común”. Si analizamos estos términos en la realidad de las Administraciones Tributarias Latinoamericanas a lo largo de las últimas décadas podemos afirmar que hemos cooperado mucho y coordinado poco desde diferentes instancias (bilateral, multilateral…) y bajo diferentes formas (capacitación, asistencias técnicas….) para fortalecer el mundo tributario con variados resultados siempre positivos, pero con altibajos y con escasos análisis de eficacia y eficiencia de los resultados de mejora conseguidos en función de los recursos invertidos.
Si bien hemos cooperado la gran asignatura pendiente es la coordinación. ¿La coordinación entre quien? , ¿Para qué? y ¿Para quién?. Aunque parecen preguntas simples no lo son y detrás de ellas hay múltiples estrategias e intereses que condicionan y muchas veces hacen poco transparente estos procesos.
Si tratamos de contestar a la primera pregunta el elenco de actores que se dedica a la cooperación en el ámbito tributario es digno del mejor musical de “Broadway” pero con una diferencia que efectivamente hay primeros actores protagonistas que llevan años en la profesión, hay nuevas promesas con un futuro brillante y hay actores de reparto. ¿Entonces no hay problema? Pues si lo hay, ya que la dificultad es que todos los actores quieren hacer el mismo papel y a falta de director la obra no funciona como debería funcionar. ¿Entonces el problema es el Director? Puede ser pero la cosa no tiene fácil solución ya que todos quieren ser directores o al menos tener su minuto de gloria. En fin un primer problema.
Contestando a la segunda pregunta ¿Para qué? esta es una pregunta con una respuesta muy fácil; para ayudar a las Administraciones Tributarias de nuestro entorno en su desarrollo. Perfecto, pero siempre es así o a veces priman más nuestros propios objetivos operativos anuales que observan el objetivo final en un plano muy alejado de nuestros intereses y quehaceres diarios.
Finalmente, nos queda la pregunta de ¿Para quién? Esta si que es fácil pues, para los países beneficiarios necesitados y demandantes de apoyo. ¿Estamos seguros de que esto es así? o cooperamos muchas veces para justificar en su mayor parte nuestra propia existencia como Instituciones, Organizaciones etc……
Prometo ir contestando estas preguntas en posteriores comunicaciones y con sus esperadas aportaciones.
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3 comentarios
Don Luis:
Toco la llaga en cuanto a los procesos de integración entre administraciones tributaria, mas allá del apoyo de los organismos internacionales de cooperación.
En un mundo globalizado donde actualmente esta en apogeo el tema de los precios de transferencia, la integración regional de empresas, como las de telecomunicaciones, de explotación de recursos naturales o bancarias, hasta donde están dispuestas las administraciones a integrar sus esfuerzos de fiscalización y control de correcto cumplimiento tributario?
Hace unos meses en una consultoría que realizaba me depare con una empresa que estaba su sede en EEUU, y tenia varias empresas instaladas en algunos países de Centroamérica y la transferencia de recursos vía préstamos, prestación de «servicios», tránsito de productos y otros eventos hacían con que lo que estaba dejando de tributar en un país, vía evasión o elusión, estaba tributando, a una tasa menor, en otro vecino.
Cuan interesado puede estar el segundo país en cooperar si el efecto directo será una baja en sus ingresos tributarios?.
Complicado es este tema de la cooperación ya que si es en el plano teórico, todos quieren enseñar sus mejores prácticas pero en el plano real es complicado.
En este caso la cooperación y la coordinación implicara que se reme para cual de los lados?
Estimado amigo Luis, me gusta que te hayas animado a tratar este asunto desde una perspectiva realista y sin ninguna máscara. Es evidente que existen problemas de «cooperación» y «coordinación» en el ámbito que mencionas y en el que menciona Roberto Pereira. El ámbito internacional e inclusive el nacional son sumamente complejos, ya que hay grandes diferencias en la cultura organizacional, los procedimientos administrativos y por que no, en las personalidades de las personas que integran las organizaciones, que por querer ser «protagonistas» o «directores» pueden en ocasiones, dejan de lado la misión de la organización. También soy consciente que la «cooperación» no es posible en el 100% de los casos y ello no resulta un problema, y que la «coordinación» requiere de mecanismos que no son fáciles de implementar. No obstante, al considerar el pasado, puedo afirmar que actualmente las organizaciones internacionales han avanzado mucho y destinan considerables esfuerzos para lograr la deseada «cooperación» y «coordinación». Como ejemplo puedo mencionar la experiencia del CIAT, que en los últimos años ha suscrito convenios y establecido canales de comunicación con varias organizaciones. Como resultado hemos logrado no solo realizar acciones conjuntas, sino también coordinar ciertas acciones en la región que permitieron eliminar solapamientos y crear sinergias. De esta manera, al contrario de lo que muchos puedan creer, hemos incrementado exponencialmente el número de proyectos en nuestro planes operativos anuales. Con el tiempo he aprendido que los organismos internacionales deben actuar con «vocación de servicio», tanto con sus países miembros como con las organizaciones que actuan en el mismo plano (usualmente integradas total o parcialmente por los mismos países miembros), para cumplir de la mejor manera con la misión organizacional, que usualmente es definida de común acuerdo por los propios «beneficiarios», en este caso, los propios países miembros.
Luis
Muy interesante la comparación con el musical de Broadway. Me pregunto, o te pregunto, si siempre esa cooperación, que tal vez puede ser coordinada poco o nada, es siempre voluntaria. Alguna vez, uno o más de los actores puede estar ahí porque no consigue otro trabajo, o porque su agente le prometió que después de ese, viene un papel mejor?
Por otra parte está el público. Si va emocionado y la obra es buena, supongo pagará gustoso su entrada, pero si fue obligado, tal vez termine durmiendo la segunda mitad y no recuerde al día siguiente de lo que trataba la obra.
Será que cuando la cooperación es forzada los resultados son perdurables? Será que siempre el beneficiario de esa cooperación. Tal vez si la cooperación es buena, dure como un buen musical muchos años, tantos que cambiarán actores, pero continuará el show.