De Washington 67 a Zoom 2020
Mirar por las ventanas, las calles desoladas a las cuatro de la tarde un sábado cualquiera se ha vuelto una rutina, algo ciertamente excepcional, pero que amenaza con quedarse. En poco tiempo se va a pasar del aislamiento al distanciamiento, y poco a poco, a diferentes ritmos, muchos de nosotros regresaremos a nuestros espacios de trabajo, pero es poco probable que regresemos a nuestras formas de trabajo.
No sé si los defensores a ultranza de la necesidad de mantener ese “espacio personal” en el entorno laboral sentirán que han logrado una victoria pírrica. Al fin y al cabo, es muy probable que el famoso metro y medio de distancia nos acompañe por un rato y que los abrazos y besos al encontrarnos se contengan, no tanto por una sensación de lo que es o no apropiado, sino porque objetivamente incrementa los riesgos de contagio.
Con ello vendrá, sin duda, una reducción, ojalá temporal, de encuentros, jornadas, seminarios, congresos, convenciones y otras vainas. ¿Cabe preguntarse, cuántas salas de reuniones serán jubiladas anticipadamente por obsoletas? Ojalá que no muchas. La concentración de gente inteligente en un mismo lugar y al mismo tiempo, ha sido, casi siempre, un motor de generación de cosas decisivas que marcan siempre un antes y un después, cosas que le han permitido a la humanidad dar saltos de magnitud. Así fue en la antigua Atenas, en el Renacimiento en Florencia, la Belle Epoque en París u hoy por hoy, en Silicon Valley en California.
Y de alguna manera, ese espíritu ha acompañado al CIAT desde su misma creación. Nació precisamente en una reunión, en Washington en 1967, y desde entonces, año a año, ha mantenido su Asamblea General recibida por fantásticas ciudades del continente. En cada Asamblea hemos tenido nuestra reunión administrativa, por supuesto, pero fundamentalmente ha sido el espacio para el intercambio de opiniones y experiencias en las sesiones técnicas, para inspirarnos en los logros de unos y aprender de las lecciones aprendidas, generosamente compartidas, por otros. A esas reuniones se han sumado conferencias técnicas, encuentros de las redes de trabajo y mecanismos para compartir experiencias y fortalecer las capacidades como seminarios y cursos presenciales. También hemos mantenido espacios de trabajo con colegas de otras organizaciones para facilitar y promover esos intercambios allende nuestras fronteras.
Hoy, más que ayer sin duda, necesitamos precisamente fortalecer y facilitar esos espacios, los del intercambio, no solo de experiencias, sino de ideas nuevas. Los retos que tenemos delante lo demandan. Después de todo, parafraseando de A. V. Banerjee y Esther Dulfo “lo que importa no es solo cuánta gente inteligente trabaja contigo, sino también, cuánta gente inteligente compite contigo o resulta que está cerca”[1].
Sin duda, muchos de esos retos vendrán del lado de la política tributaria. El ¿qué gravar, a quién gravar y con qué objetivos? se vuelve más que importante, urgente; por diferentes latitudes ya se están desarrollando propuestas más y menos ortodoxas para enfrentar el problema con medidas tributarias en la post crisis del COVID-19. Pero, otros vendrán por el lado de la administración tributaria que, a las aristas conocidas de facilitar y controlar, tendrá que sumar la habilidad para instrumentar las nuevas medidas de política en un entorno en que al mismo tiempo muchos contribuyentes necesitarán apoyos y facilidades excepcionales; los gobiernos necesitarán recursos, excepcionales también, para enfrentar la crisis sanitaria y la reconstrucción de las economías; mientras algunos contribuyentes, ojalá los menos, dedican su esfuerzo e ingenio a evadir su parte aporte por ese otro virus mutante llamado “incumplimiento tributario”. Y compartir las experiencias, intercambiar las ideas, y colaborar abiertamente, aun si esto debe ocurrir en otros formatos, se torna indispensable.
Así hemos estado trabajando. En este período de aislamiento hemos mantenido las comunicaciones abiertas con nuestros países miembros y con otras como la OECD y la IOTA para por ejemplo facilitar el conocimiento de las medidas que las administraciones tributarias están tomando para dar apoyo a los contribuyentes o las consideraciones sobre la continuidad de la actividad de las administraciones tributarias; difundimos los buenos esfuerzos de varias administraciones para utilizar la información de la facturación electrónica en tiempos de pandemia para afinar los esfuerzos en los apoyos a los contribuyentes y ciudadanos; se están ofreciendo, en colaboración con nuestra red de tutores, un conjunto de cursos de capacitación gratuitos (Español, Inglés y Portugués) y conferencias en línea, cuya grabación puede ser visualizada por nuestro canal en YouTube en tiempo real y posterior; en mayo y junio desarrollaremos otro conjunto de conferencias virtuales en inglés. Adicionalmente, en este período se publicaron dos libros en inglés: “ICT as a Strategic Tool to Leapfrog the Efficiency of Tax Administrations” y el “Cóctel de Precios de Transferencia.”.
Dicho sea de paso, esta propuesta de habilitar cursos y conferencias en medios electrónicos en una óptica multiplataforma, seguramente se convertirá en una de esas cosas, que nos permita contribuir a la construcción de una nueva normalidad.
Hoy con tristeza, lo reconocemos, estamos casi todos en aislamiento y no nos encontramos, como nos habría gustado, terminando las reuniones técnicas de nuestra Asamblea General en la República Dominicana. Pero, este 30 de abril, por primera vez en nuestra historia, se va a reunir de manera virtual el Consejo Directivo del CIAT; los representantes consejeros y los directivos de la Secretaría Ejecutiva estaremos conectados desde más de una decena de países. Próximamente, tendremos también la sesión administrativa virtual con nuestros países miembros.
Para algunos, será resiliencia; para otros, la obstinación a que las cosas mantengan algún sentido de normalidad; pero para todos es un llamado a seguir cooperando, intercambiando, compartiendo ideas y experiencias, triunfos y fracasos. No sabemos hoy en que webinar, reunión virtual o post encontraremos la idea inspiradora que nos ayudará a hacer las cosas mejor, encontrar espacio para que esta especie de destrucción, ya que inevitable, sea creativa.
Saludos y suerte.
[1] Del libro “Good Economics for Hard Times”, 2019.
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15 comentarios
Está muy bueno mismo. Tengo mis dudas si los encuentros virtuales, aún con herramientas sofisticada, puedan sustituir las conversas de oído, durante el café, durante la socialización y otras interacciones muy personales, que son fuente permanente de buenas ideas.
Vamos estar atentos a lo que viene y maximizar lo que sea posible en estos tiempos.
Muy bueno y un reflejo de lo que seran nuestros siguientes meses pero, como dice Antonio, faltará aquellos resultados que emergen de la «percepción» que se tiene en.una reunión o del «garabato» que,se hace en una pizarra para explicar la idea.
Muy buena perspectiva, sin embargo ahora está el análisis de ver un antes y después, que se puede mejorar dentro de las administraciones tributarias considerando que es Pilar fundamental de los estados.
Muy ciertas tus palabras, nos ha tocado re-aprender y re-pensar cómo veníamos haciendo las cosas; muchos hemos salido de nuestra zona de confort y nos hemos dado cuenta de que somos capaces de hacer muchas cosas, qué pensábamos que no éramos capaces!.
Así como mencionas un consejo directivo virtual, espero que podemos hablar de una Asamblea General virtual, en donde nuevamente el CIAT reúna tantas personas capaces e inteligentes que han permitido que las AATT se sigan fortaleciendo y creciendo.
Saludos,
Volverán esos tiempos. mientras tanto debemos acostumbrarnos al aislamiento sin que dificulte las interacciones con la ayuda de la tecnología
Suerte para todos
Raúl excelente post!! Una síntesis impecable de la misión del CIAT desde el 67 presencial al actual entorno vía zoom. Una muestra de la adaptabilidad de la organización al nuevo escenario y una demostración más del alto nivel profesional de sus integrantes. Comparto que la política tributaria tiene nuevos desafíos y que situaciones extraordinarias como la actual, requieren también medidas extraordinarias. Y le corresponde a las administraciones tributarias la aplicación de las mismas aprovechando las mejores prácticas. En este marco será primordial el rol del CIAT, porque serán mas exitosas las administraciones que sepan decodificar y resolver los nuevos desafíos del actual escenario.
Raúl/Alejandro, buen articulo.
Definitivamente estamos atravesando el portal de una nueva era, que nos empuja a terminar de asumir cambios que se venían gestando, pero también a dejar muchos otros hábitos, costumbres.
Sin duda alguna, el uso de la tecnología pasa a ser el protagonista en esta nueva era y que representa un gran reto en la adaptabilidad de todos los que intervenimos en el sistema.
Muy buen artículo.
Creo que las reuniones por video tienen mucho futuro y van a seguir creciendo en los próximos años. Por supuesto que no pueden sustituir en todos los casos a las reuniones personales, pero la participación simultánea de 15/20 personas situadas a cientos o miles de kms, para tratar un tema, me parece un avance extraordiario. Por eficacia y por eficiencia.
Saludos cordiales.
Una pausa activa para darnos cuenta que el contacto virtual ayuda, pero no puede remplazar completamente los espacios para interactuar en persona.
Llegó una crisis sanitaria que traerá consecuencias humanitarias importantes, unas solo realidades que se acentúan, otras que llegaran a sectores no preparados que van a necesitar flexibilidad en sus obligaciones y otros se aprovecharán para pedir esa flexibilidad no requerida para ellos.
Muchas gracias a todos por sus generosos comentarios.
Efectivamente, las opciones de entrenamiento en línea, y la posibilidad de intercambios de ideas en encuentros virtuales, son mecanismos válidos para continuar.
Es interesante que esta tecnología, las aplicaciones, y las facilidades, estaban disponibles hace tiempo, pero no las usábamos tanto, ni les encontrábamos tanto potencial.
La coyuntura ha facilitado vencer objeciones en cuanto al uso de esas tecnologías. Haciendo un paralelismo, estoy seguro que esta crisis habrá marcado un antes y un después para la prestación de servicios electrónicos en la administración pública, ya la tributaria tenía muchas opciones, pero con certeza, otras organizaciones se irán sumando.
Muy acertados como siempre, tus comentarios. La situación actual nos lleva a reflexionar sobre la saturación que hemos tenido hasta la fecha, de Reuniones, Seminarios, Foros, etc.. , y que en el ámbito del mundo tributario tenía. a mi juicio, excesiva manifestación.
Es verdad, que lo presencial tiene su motivación pero sería acertado su dosificación a situaciones que realmente justifiquen su celebración.
Pero no solo esta puede ser una de las lecciones de la actual situación Covid-19 sino que en ámbito interno de nuestras AA.TT. se ha hecho realidad el teletrabajo, las reuniones virtuales y la necesidad de un mayor desarrollo de la relación con los contribuyentes sin su presencia física.
Hemos dado un paso de gigante en nuestra forma de trabajar y recordaremos estas fechas como un punto de inflexión en nuestros comportamientos administrativos.
Un fuerte abrazo. Raúl y además de virtual nos seguiremos encontrándonos personalmente. Luis
Muchas gracias Luis. Sin duda que en el futuro, al menos el cercano, las formas de compartir información e intercambiar experiencias van a cambiar de manera importante y esos cambios se notarán en nuestra esferas, pero como dices, el desarrollo de nuevos servicios, más directos y más fáciles de acceder se tornará crítico. La gestión del cambio en materia de procesos y procedimientos de la administración será notable, pero también lo será el cambio en las prácticas de los funcionarios.
Desde el punto de vista práctico, tendremos que pensar en lo que habrá que hacer, y en cómo hacerlo para que funcione bien, maneje las consistencias que serán tal vez mayores, y no incremente riesgos innecesarios a ninguno de los participantes.
Querido Ruli, felicitaciones por tu publicación, aunque no soy parte del Ciat, tuve la oportunidad de participar con ustedes en proyectos importantes e innovadores, ahora desde esta perspectiva de ciudadana que ha sido afectada por primera vez de una pandemia, que vive en un país afectado terriblemente por malas decisiones económicas pero por otra parte doy gracias del gran avance tecnológico en el que coyunturalmente coinciden estas circunstancias que nos permiten superar barreras de tiempo y distancia tan fácilmente y que a pesar que habrá espacios que nos permitían antes mayor acercamiento, intimidad y libertades para la comunicación cercana, hay menos restricciones económicas y de tiempo para conectarnos. Hemos de encontrar nuevos equilibrios para que las técnicas, los asesoramientos y la creación de nuevas y mejores alternativas para superar la gran problemática que se nos viene, pero soy muy optimista porque atrás de esta gran organización hay profesionales brillantes como tu que permanentemente trabajan en ello, un fuerte abrazo querido Ruli
Muchas gracias Chío por tu comentario.
Todo parece indicar que esos nuevos equilibrios serán determinantes. La innovación en la forma de atender consultas, desarrollar asistencia técnica, evaluar procesos, diagnosticar problemas será determinante. El trabajar de lejos irá más allá de la capacitación y el entrenamiento. Nos debemos preparar, abrir espacios y desarrollar nuevos métodos de trabajo.
Buen artículo Raúl. La adversidad es una gran oportunidad para generar nuevas ideas y también está permitiendo acelerar la transformación digital.