Educación financiera para el G-20
¿Y por qué no también fiscal?
El otro día me hice eco a través de la Red de Educación Financiera de España (coordinada y financiada por la Confederación Española de Cajas de Ahorros, en adelante CECA) de la noticia de que la OCDE a través de su informe ”Estrategias Nacionales para la Educación Financiera” propone introducir esta materia entre todos los ciudadanos del G-20 (los 20 países más ricos del mundo). El informe muestra que el nivel de educación financiera es bajo entre los consumidores europeos, y ante la actual crisis económica es un déficit que la OCDE cree no se puede permitir.
Estoy totalmente de acuerdo que la gran mayoría de los ciudadanos españoles sabemos poco o nada de finanzas, y desde luego para enfrentarnos a la vida adulta, nos hubiera ayudado el introducir materias introductorias a productos bancarios, gestión de los ahorros, comisiones, olanes de pensiones, etc… ¿Pero acaso los españoles conocemos mejor cuestiones relacionadas con la fiscalidad: para qué sirven los impuestos, qué impuestos debemos pagar, cuáles son las principales fuentes de ingresos, etc? ¿Y no es verdad que estas cuestiones son igual o más importantes para la estabilidad democrática y económica de nuestro país?
En España existen diversas iniciativas relacionadas con la Educación Fiscal desde los años 80, pero no fue hasta el reciente 2003 cuando se conformó el “Programa de Educación Cívico-tributaria” (en adelante PECT) de la AEAT. Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos del equipo coordinador del programa y de la amplia red de formadores, nunca se ha conseguido institucionalizar como lo ha hecho la Educación Financiera a pesar de que ésta cuenta con menos años de existencia. Desde mi punto de vista, entre las causas de este hecho destacan:
– la AEAT es una institución pública, que se financia por tanto en base a los Presupuestos Generales del Estado y tiene que priorizar en sus decisiones y programas. El PECT ha tenido estupendas valoraciones, mucho esfuerzo y trabajo de funcionarios públicos pero no da réditos a corto plazo (es un programa de educación en valores que tendrá sus frutos a medio-largo plazo en la conciencia de los ahora niños y jóvenes y mañana, futuros contribuyentes), y una institución donde el principal objetivo es la recaudación, estos temas a veces no son lo prioritarios que deberían VERSUS la CECA que es una entidad privada, cuyo objetivo principal son sus clientes y la mayor información de los consumidores les hace más fuertes. Además, están respaldados por otros lobbies económicos como podrían ser el propio Banco de España e incluso la OCDE (como se observa por el contenido del informe).
– los recursos destinados al PECT siempre han sido escasos por las restricciones presupuestarias, e incluso ha llegado a estar técnicamente en “stand by” en los últimos meses por falta de dinero, y ha sido el voluntarismo, ilusión y persistencia del equipo una de las causas del éxito del programa VERSUS la Educación Finaciera que cuenta con importante presupuesto y el apoyo de otras intituciones, tanto es así que han conseguido institucionalizar una Red y organizan anualmente un encuentro para el intercambio de experiencias y benchmarking.
– la crisis económica actual y sus consecuencias para los consumidores y usuarios como por ejemplo los problemas hipotecarios o fraudes en productos bancarios, ha puesto de manifiesto la necesidad de una mayor información sobre estos temas y la importancia de la Educación Financiera entre los más jóvenes VERSUS esta crisis no ha agudizado el desconocimiento y desinformación de los ciudadanos sobre sus obligaciones tributarias sino simplemente les ha hecho más proclives a rechazarlas por escándalos de fraude, subidas de impuestos, etc.
Por todo ello, me llama poderosamente la atención que desde la UE el principal objetivo sea luchar contra el fraude y los paraísos fiscales sin tener en cuenta la Educación Fiscal como una de las bases principales para lograr ciudadanos conscientes de sus obligaciones tributarias e informados sobre el porqué y para qué de los impuestos, de modo que se logren en un futuro las mayores cotas posibles de cumplimiento fiscal voluntario (con los menores costes de gestión posibles en sanciones y lucha contra el fraude en general). Pero mientras no se eduque a los más pequeños y se dé más información a los adultos, se irá generalizado una “desafección tributaria” (alejamiento y rechazo hacia todo lo relacionado con impuestos) que va en aumento en nuestro país.
Quizás en los países nórdicos, Alemania o Francia se sea más consciente de la necesidad de pagar impuestos gracias a importantes labores de educación en estos temas y en cuestiones de ciudadanía en general; sin embargo, en los países del sur de Europa seguimos con amplios déficits de conciencia fiscal porque no se nos ha educado en ello.
¿Consideráis que vuestros conciudadanos españoles saben en su mayoría el porqué y para qué de los impuestos? ¿Consideráis que desde la UE se deberían emprender acciones comunes en esta materia? ¿Y para América Latina no se deberían también emprender acciones regionales?
Sigamos reflexionando…
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1 comentario
Excelente artículo sobre la educación financiera