El tamaño importa

Retos para las administraciones tributarias

Es probable que a las lectoras asiduas de la revista Cosmopolitan el título de este post les provoque una sonrisa o ¿quién sabe? un discreto movimiento de cabeza de arriba abajo. Pero en el ámbito de las administraciones tributarias, en mi opinión, no hay duda, el tamaño importa, y los efectos se potencian en el entorno en que hoy vivimos.

En el entorno actual, las administraciones requieren un nivel de especialización que, en términos relativos, afecta más a las administraciones pequeñas. En materia de tecnología, por ejemplo es necesario tener la gente de soporte técnico, la de base de datos, la de desarrollo, la que hace el diseño del sitio web, la que gestiona los equipos de redes, los que cuidan la seguridad del perímetro, los que gestionan el correo electrónico, los que instalan cables, los que gestionan la central IP, los que hacen auditoría, los de pruebas, los de aseguramiento de calidad, los que gestionan los proyectos, y el cambio, y la seguridad y la red inalámbrica para que podamos conectar nuestros teléfonos y tabletas, y, por supuesto, algunas personas que actúen como jefes. El nivel de especialización, las buenas prácticas de gestión y seguridad y la simple distribución de tareas y tiempos, nos recomiendan que muchas de estas funciones sean desarrolladas por distintas personas.

El trabajo para obtener, depurar, transformar y procesar información es cada vez mayor. Vivimos un momento en que la etapa de obtener grandes volúmenes de datos directamente de los contribuyentes y de muchos de los terceros con que éstos tienen operaciones, para luego cruzarlos y compararlos con las declaraciones presentadas, se está volviendo cosa del pasado. Hoy procuramos utilizar esa información pare pre-llenar las declaraciones; instrumentar documentos electrónicos, que reemplacen completamente a las contrapartes en papel para fines fiscales , y que las administraciones tienen en su totalidad para análisis y control; atender la expectativa tanto de los contribuyentes como de la administración de implementar servicios auto gestionados en la Internet o soportados en plataformas móviles; atender las solicitudes de los contribuyentes, por ejemplo procesar las devoluciones de impuestos, en tiempos más acordes a la ubicuidad de la mensajería instantánea que al ¿ancestral? correo tradicional.

Como si estas demandas no fueran suficientes, está la enorme potencialidad de instrumentar prácticas de control de cumplimiento predictivas y, aún más, preventivas, a partir del análisis sofisticado y complejo de todas esas fuentes de datos ya mencionadas y otras menos habituales, menos estructuradas (léase las facturas, los informes de pagos a terceros sí, pero también las referencias en redes sociales felicitándolo por el nuevo yate). Este análisis de datos requiere incorporar nuevas competencias, nuevas habilidades: científicos de datos, estadísticos, matemáticos especialistas en métodos bayesianos o economistas conductuales.

A eso, naturalmente, hay que sumar la necesidad creciente y ciertamente permanente – no va a ser una moda pasajera – de intercambiar información, de manera permanente, en muchos casos automática con otras administraciones, en otros idiomas, con otros alfabetos, con otros usos y costumbres. Seguramente, el esfuerzo para generar los archivos de información a enviar a las contrapartes, bajo la mecánica adecuada, con razonable calidad, va a ser un gran desafío, pero probablemente menor al que se necesitará para darle uso útil, en términos de control tributario, a la información que se recibirá.

Seguramente el uso de herramientas facilitará estos esfuerzos, pero para ellos hay que saber qué buscar, y dónde. Algo que a su vez demanda recursos para procurar, identificar, obtener y dominar esas herramientas.

Los profesionales especializados en algunas áreas de tecnología son escasos y la demanda del mercado establece una dura competencia para las administraciones que pueden tener dificultades para retener sus recursos calificados por largo tiempo. Más de una puede corroborar el sentimiento de haberse convertido en una escuela para formar especialistas. Por supuesto, esta realidad no afecta exclusivamente al área de tecnología. Otras áreas, precios de transferencia por ejemplo, pueden sufrir ese embate con más fuerza.

¿Cuántas personas necesita una administración para soportar adecuadamente estas necesidades? Seguramente la respuestas depende de si pretende externalizar algunas de estas funciones, o contratar herramientas o servicios. Pero ¿si decidiera hacerlo todo en casa? ¿Cincuenta, cien, doscientos? Es probable que las demandas más fuertes del área de tecnología ya no sean más equipos, más discos o más herramientas, y sí (junto con más ancho de banda) más gente.

No importa como se quiera hacer la cuenta. El número, para muchas administraciones es demasiado grande. Un equipo de tecnología de 100 personas representa el dos y medio por ciento de una administración de 4000 funcionarios, pero representaría el 25% de una de 400. Una administración tributaria puede tener entre dos y diez funcionarios por cada diez mil habitantes, con un promedio en América Latina cercano a cinco[1]. Los países más pequeños, en mi opinión, no podrían soportar ser autosuficientes en aspectos de tecnología.

No se trata de insinuar aquí que nuestro encuentro de tecnología previsto para octubre no tiene interés para administraciones grandes. Por supuesto que sí lo tiene, no solo es una fuente de inspiración para el próximo desarrollo si uno quiere hacer todo en casa, es una oportunidad para, gracias al intercambio, presentar las soluciones y ponerlas a consideración/revisión de los demás, buscando así huir de alguna suerte de claustro tecnológico casero e ideas para continuar innovando. Se trata de abrir un espacio para facilitar a todos, particularmente a los más chicos, el contacto directo con posibles herramientas or soluciones.

Saludos y suerte.


[1] Datos tomados de «Estado de la Administración Tributaria en América Latina: 2006 – 2010». CIAT. 2011. http://webdms.ciat.org/action.php?kt_path_info=ktcore.actions.document.view&fDocumentId=8117

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Aclaración. Se informa a los lectores que los puntos de vista, pensamientos y opiniones expresados en el texto pertenecen únicamente al autor, y no necesariamente a su empleador ni a ninguna organización, comité u otro grupo al que el autor pertenezca, ni a la Secretaría Ejecutiva del CIAT. De igual manera, el autor es responsable por la precisión y veracidad de los datos y fuentes.

6 comentarios

  1. Antonio Seco Respuesta

    Hola Raúl,Este problema de la inclusión de técnicos de TICs en las ATs no es nuevo. De hecho, aunque sean de menor porte, todas las ATs tienen necesidad de las especializaciones en TICs mencionadas, y les será prácticamente imposible tener todos estos técnicos en sus cuadros.Creo que la solución sería establecer lineamientos estratégicos para que los funcionarios de la AT tengan capacidad / formación para dialogar con los técnicos especializados sea de universidades y/o consultorías específicas contratadas, estructurando los problemas y evaluando las soluciones. Con la práctica se formará una red de soporte fiable casi como una extensión de la AT.El aspecto crítico para el éxito en esta estrategia es la formación adecuada de los auditores fiscales en relación a su negocio específico, adicionando conocimientos de técnicas de prospección de datos que pueden apoyarlos en la obtención de información adecuada por medio del dialogo con los especialistas de TI.

  2. Xinia Ma. Cascante González Respuesta

    Buenas tardes don Raúl, le escribe Xinia Cascante de Costa Rica, leí su artículo el cual me pareció muy interesante y lo compartí con mi compañera Jenny Delgado, me comentó que cuando fue a China pudo compartir con usted y su compañero, ya me había enseñado las fotos y demás, venía muy contenta de habérselos encontrado allá. Lo pequeño que es el mundo.
    Hasta pronto

  3. Eliseo Respuesta

    Es muy importante guiar esta tecnología en un marco legal respetuoso de los derechos fundamentales de las personas, pues de otra manera ésta será vista como una amenaza, hay derechos que contrastan con la actividad tributaria un caso es el derecho a la a intimidad, otro las limitaciones constitucionales inherentes a los actos de molestia o privación y en este entorno el que las facultades se ejercen sobre información fiscal y no sobre otros datos que están en la esfera de la inviolabilidad de la intimidad y del domicilio, no obstante se puede extraer información de los distintos registros del estado, invertir en la actualización de esos datos y en los procesos de esos registros para hacerlos confiables y oportunos.

  4. Kirk Douglas Zerillo García. Respuesta

    Hola, saludos a todos.Una lectura de la que se tiene que hablar seguramente bastante, porque también está relacionada con el próximo encuentro tecnológico del CIAT. La lectura es corta en comparación a la gran complejidad del tema. Entonces se tiene que pensar en el organigrama que tal vez tenga dimensiones grandes de forma vertical y horizontal según las necesidades establecidas, los niveles básicos de administración, los niveles de organización, las áreas funcionales, las dimensiones de la comunicación tecnológica, etc. Pero lo ideal es que el diseño del organigrama y el procedimiento den una atención y respuesta rápida al contribuyente. Esta también entonces necesariamente el tema de Big Data. Según la Harvard Business Review, los analistas en Big Data serán los profesionales más buscados en los próximos años. Según la historia tecnológica pasamos de Gigabytes a Terabytes, luego Pentabytes, después Zettabytes… y los datos siguen creciendo. Las proyecciones políticas necesitan también las Herramientas Tecnológicas para el llamado Gobierno Abierto. Es probable que tengan objetivos parecidos a los siguientes: Capacidad tecnológica Institucional, eficiencia profesional en la gestión, Control de Calidad de los Servicios, etc. – http://kirk-douglas-z.blogspot.pe/

  5. Dave Elson Respuesta

    Raul,While I totally agree with your argument that size is a consideration I am not sure that I would agree that size matters to the extent that you propose. As you rightly point out revenue offices face a number of new technological developments that will require a new range of skills and job descriptions. However, infrastructure and maintaining infrastructure will not be one of those. I know of one example where a revenue office has adopted a full cloud in-memory solution and the issues around scale is no longer a problem, or even a concern. Tax agencies business is not IT and they should consume the functions and focus on the tax business outcomes.Revenue offices cannot function without technology and improving business processes to maximise the use of the technology for compliance and processing of data and the every increasing direct relationship with business will only grow.However, I strongly believe that being small has a number of direct benefits as well. Just because you are small does not mean you cannot have the best. For example, smaller agencies, while still covering the wide range of tax types (sometimes more than large agencies) still require the fundamentals of a good revenue systems application, in no different a manner from a large revenue agency. Innovation can occur quickly within the smaller agency because some of the barriers of large bureaucracies do not exist. I have lost count of the number of times revenue offices have said “yes, but we are different” Fundamentally tax administration is the same and the same core functions using a similar framework. The maintenance is about balance between onsite resources and specialists that have a specialist skilled set developed from dealing with a wide range of revenue agencies. The full in-source or out-source model will not work.I am looking forward to the technology meeting and sharing and learning better ways to adopt consumption technologies as the continual growth model is no longer sustainable.Dave ElsonGravity-it

  6. Nicolás Ramírez Respuesta

    Raúl, Muy interesantes y valiosos los retos que planteas. Recuerdo hace muchos años cuando empezaba en estos menesteres el Centro de Cómputo del Ministerio de Economía tenía el Centro de Cómputo más grande del país y era escuela de formación de especialistas en tecnología. Mucha agua ha corrido bajo el puente desde entonces y las administraciones tributarias han aplicado a lo largo del tiempo diversas estrategias para enfrentar las necesidades de información y soporte tecnológico. Podríamos diferenciar hasta tres enfoques: aquellas de menor tamaño podrían optar por adquirir servicios o soluciones de negocio y soporte computacional ofrecidos por terceros. En otros, el soporte informático puede estar dividido entre el uso de recursos internos y el uso de servicios como fábricas de software para el desarrollo o mantenimiento de aplicaciones; y en otros donde se desarrolló el enfoque han desarrollado equipos especializados que desarrollan nuevos productos e inclusive son centros de innovación tecnológica. Por otro lado, las administraciones requieren soluciones rápidas donde las tecnologías de información proporcionen las herramientas para usar cada vez más la información anticipada. Con el advenimiento de herramientas masivas de análisis de información, desarrollo de aplicaciones para móviles y redes, no hay una receta única para cada país, sin embargo en cualquier caso es recomendable contar con equipos especializados para la gestión tecnológica, sea a través de personal propio o de terceros.Un abrazo

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