Eso que llamamos economía digital (iii)
Transformaciones que se profundizan
Algunas cosas se vuelven comunes de tanto verlas y nos dejan de sorprender. En un ámbito urbano, particularmente en los centros turísticos, vemos todos los días a personas con cara de turistas sosteniendo su cámara de fotos (su teléfono) en su frente y el punto de interés a sus espaldas, para hacer eso que hoy llamamos “selfie”. Algunas de esas personas utilizan inmediatamente su taller de fotografía portátil (su teléfono) para editar, cortar, mejorar y filtrar esa foto. Si es de aquellos muy reservados, la guarda para el futuro. Los más extrovertidos utilizan su central de comunicaciones portátil (su teléfono) para publicar en una o más redes sociales la reciente foto para que sus amigos, contactos o seguidores la puedan ver, incluyendo la referencia geográfica al lugar exacto donde fue tomada utilizando su equipo de posicionamiento global portátil (su teléfono). Probablemente en el camino al siguiente punto de visita obligatoria, alguno de esos turistas utilice su centro de monitoreo en línea sobre sus actividades y las de sus contactos (su teléfono) para ver la aceptación celebrada en la cantidad de me gusta, retuits, o comentarios que su anterior publicación recibió. Alguno de esos turistas, todavía pocos, además pagan el agua o el café con su más reciente central de pagos portátil (su teléfono), pero esto será materia de otro post. Una aplicación en su teléfono se encargará sin preocupaciones de guardar la foto en algún lugar de la nube.
El tiempo de los rollos de fotos, de los negativos, de la espera para el revelado y del “veamos a ver como salió” es, para la mayoría de los fotógrafos (casi cualquier persona hoy con un teléfono), cosa del pasado. Algún nostálgico añorará la extraña sensación de vacío en el estómago mientras se abría el sobre con las fotos para ver si no salieron movidas o si la luz era buena. Los demás concordarán que se ganó más de lo que se perdió. Pero en el proceso se dieron algunos cambios, unos muy evidentes, otros no tanto.
¿Qué pasó con el negocio de fotografía que se especializaba en vender, fundamentalmente, rollos de fotografía y a revelarlos? Algunos de ellos cambiarían rápidamente su actividad. Otros, intentarían acompañar el cambio, sustituyendo la venta de rollos por ventas de memorias para las nuevas cámaras digitales; el revelado de fotos por impresión de fotos digitales; portarretratos digitales además de los tradicionales; y tal vez discos de DVD grabables para almacenar montones de fotos. Algunos, quizás los menos, mantendrían su negocio esperando que el cambio no sea tan violento. Algunos porque pensaban que las nuevas cámaras digitales o eran muy costosas o sacaban malas fotos, y otros porque apostaban al romanticismo del amante de la fotografía que nunca dejaría de preferir la magnifica foto tradicional que se podía ver y tocar sobre la baja calidad de esas pantallas.
Al final, tampoco hubieron tantos románticos apegados a la fotografía tradicional. Muchos de los que se aferraron a la cámara viejita lo hicieron más por dificultades con la inversión que por fidelidad al rollo.
Los cambios continuaron, primero porque aunque se sacaban más fotos, la gente no compraba tantas memorias y de esas muchas fotos que la gente sacaba en realidad se imprimían pocas. Segundo, porque las propias cámaras digitales iban siendo desplazadas en el día a día por los teléfonos que ganaban rápidamente mejores características técnicas y mayor capacidad de almacenamiento.
Hoy, en plena cultura de la selfie, me pregunto sobre aquellos negocios condenados. Cuántos subsisten y qué hacen. Cuántos vieron su negocio ir muriendo de a poco sin conseguir adaptarse. Ojalá los más continúen operando y que hayan aprovechado el remezón y los cambios para innovar y hacer cosas mejores, más interesantes.
En el modelo viejo de ese negocio, en muchos de nuestros países se importaban cámaras y consumibles, rollos y papel fotográfico. Al igual que los equipos de laboratorio. Álbumes, portarretratos y otras cosas similares podrían ser industria local. El empleo asociado a esos puestos de trabajo era, supongo yo, fundamentalmente local. Y, por supuesto, serían locales los impuestos de importación y al valor agregado que esas operaciones generaban y el de la renta que esos negocios retornarían.
La importación o fabricación de teléfonos es una actividad pujante. Sabemos que en nuestros países hay más teléfonos que personas y que algunas personas cambian de teléfono todos los años para estar al día. Sabemos que hay actividad asociada y los consiguientes ingresos para el Estado no solo por esa comercialización sino también por el uso de planes de datos y demás. Pero, en materia de fotografía de consumidor, aquella de los miles de personas que hacemos selfies con alguna frecuencia, el cambio es muy grande. Se invierte en el teléfono y se almacenan enormes cantidades de datos en algún lugar. Pero, esas enormes cantidades de datos cada vez se almacenan menos en un dispositivo físico como una memoria flash o un disco duro portable. Solo que la memoria flash cuesta hoy más o menos lo mismo que lo que costaba hace diez año una memoria mil veces más pequeña y la reducción del precio de los discos duros es también notable.
La tendencia es ir a la nube, un servicio que permite que a través de la Internet millones de fotos se almacenen en otras partes. Muchos ganan ese espacio en la nube gratis, otros pagan un monto por él. Casi siempre, los servicios que se pagan están en otro país. Es poco probable que esa actividad genere algún ingreso de carácter tributario.
La economía digital va a continuar forzando estos cambios, a veces dramáticos, en distintos sectores económicos. Cuando conocí Buenos Aires me llamó mucho la atención la frecuencia con la que se observaba un tipo de negocio: el locutorio telefónico. Hoy hay cada vez menos … o ya ninguno?. La razón es simple, generalmente cargamos uno en el bolsillo o la cartera. Ví disminuir su número y por la misma razón en Panajachel, Guatemala, entre la primera y la última vez que fui. Varios de mis amigos que empezaron por añadir un servicio de televisión por internet a su portafolio de entretenimiento y han abandonado o están pensando en hacerlo la televisión por cable pagada.
En ciertos sectores económicos, precisamente aquellos más afectados por la economía digital, pareciera que la receta es adaptarse e innovar. Esa adaptación puede mudar significativamente los esquemas productivos, consecuentemente los modelos de negocio de esos sectores y la administración tributaria debe prepararse para administrar los tributos en esos nuevos modelos. Si no lo hace, la administración tributaria podría tomar la misma actitud de una amiga mía que me decía mientras me miraba de reojo y con cierto desdén cuando yo leía en mi tableta las noticias agregadas: “Nunca será lo mismo. La sensación de pasar las páginas y sentir la tinta en las manos no se va a reemplazar. El periódico escrito del domingo es y ha sido una tradición en mi casa en la que peleábamos por las secciones en casa”. Cuando le pregunté interesado cuál periódico compraba, me respondió con el nombre, pero confesó que ahora lo hacía solo en domingo.
Saludos y suerte.
2,305 total views, 2 views today
13 comentarios
Saludos Raúl, buen artículo. Periodista Angel Martínez, SENIAT Maracaibo, Venezuela, por aquí nos vimos hace tiempo. Adelante!
Muy interesante. Creo que es importante destacar que el cambio cierra una porta pero abre una ventalla. Son muchos cambios, pero el más importante es que no se puede olvidar de las personas.
Saludos Raul, hoy por hoy.. muchos temas de servicios, pagos es electrónico y otros, en cuestión de minutos se solventan…, una llamada y correo se coordinan muchas temas y listo fin de la actividad. Ya en Guatemala, la eliminación de papel esta caminando(menos arboles que talar 🙂 entre otros beneficios), mas en pagos tributarios y en otros puntos que se están avanzado, con esto desde un movil o escritorio(pc) muchas operación monetaria es electrónica. Esperando en un futuro en el caso de mi pais se vayan agregando mas servicios electrónicos a nivel de gobierno particularmente y pues seguramente el ahorro en tiempo y dinero de trasladarse de un lugar a otro, rapidez en las respuesta irán avanzado. Un saludo.
Acertada la visión, seguir la ruta para prevenir no dejaría que los sectores económicos, afectados por la economía digital, pueden mudarse, a los esquemas productivos, los modelos de estos negocios ya se mudaron y la administración tributaria deben seguirle los pasos, a estos nuevos modelos. Se está haciendo?, no lo se. pero indudablemente que ya se mudaron? así tenemos el trabajo en tu propia casa y controlado por Internet.
Por ejemplo en la preparación de la defensa de casos penales cuyos estudios jurídicos resuelven, estos asesores donde realizan el trabajo, como cobran.
Raul me encantan tus artículos porque aparte de la información técnica actualizada le pones un toque de romanticismo.
Saludos desde Venezuela
A riesgo de aburrir a los lectores diré, «que lo unico permanente es el cambio», y quien no se sume, esta condenado a morir o desadaptarse, por lo que las instituciones debieran ser las primeras en asumir el cambio, y ni que decir de las entidades que tiene por negocio el control y fiscalizacion de los tributos, para no quedar en ridiculo dejando pasar muchas circunstancias que el adelanto tecnologico lo posibilitan.
Ssludos desde Arequipa.
Muy ameno esta serie de posts «Eso que llamamos economía digital», espero leer muchos más, no había nada más emocionante que buscar las fotos reveladas en el foto studio.. dejo un post sobre el caso Kodak, muy representativo sobre la adaptabilidad de las empresas respecto a entender el cambio en los gustos de sus clientes. Un abrazo. http://camilomatizbernal.blogspot.com/2013/01/fotografia-tomada-de-elcolombiano.html.
Buen Día.
Eso es cierto y para agregar un poco de la recordada historia de Kodak, George Eastman era el Steve Jobs de su tiempo. En 1900, el fundador de Kodak revolucionó para siempre el mundo con sus inventos, que popularizaron la fotografía y el cine hasta el último rincón del planeta. Sin embargo, un siglo después, la compañía está al borde de la quiebra definitiva. Es la gran derrotada de la revolución digital para esa empresa. ¿Qué pasó? En los años 90, una acción de Kodak llegó a valer 70 dólares; hace unos meses cotizaba a 50 céntimos. Poco después, la compañía dejó de cotizar en Bolsa. En Rochester, la ciudad a orillas del lago Ontario donde la empresa tiene su sede desde que se creó, había hace 20 años 195 edificios de la firma que empleaba a más de 30.000 personas, cuya mayor preocupación era si encontrarían un sitio para aparcar. Hoy, Kodak apenas emplea a 7000 personas, y hace algún tiempo anunció su entrada en concurso de acreedores. En 2012 lanzo al parecer lo que fue su última cámara en su historia. La compañía, cuyo logotipo rojo y amarillo es tan inseparable de Occidente como la coca-cola, es la gran derrotada de la revolución digital.
La transición al digital es una tarea compleja y supone una renovación prácticamente integral de los equipamientos así como de los fondos documentales. La reconversión de los entornos de trabajo en los medios se ha convertido poco a poco en un hecho palpable, permitiendo el desarrollo de todas las tareas con acceso remoto a todos los contenidos. Incluso, desde el punto de vista empresarial, los avances de la digitalización se presentan también como una oportunidad económica entendida como inversión rentable en tanto en cuanto se abaratan los costes de producción.
La aproximación entre Tecnología y Medios de Comunicación de Masas establece un nuevo modelo económico, productivo y social que supone la aparición de industrias, perfiles profesionales y modelos económicos hasta ahora desconocidos. Se presenta, pues, un panorama espectacular donde se multiplican las posibilidades comunicativas y se produce una fragmentación y segmentación de los contenidos. Esta nueva escena comunicativa implica un nuevo perfil de usuario más activo así como una estructura productiva con nuevos perfiles profesionales. El valor de la digitalización, por tanto, no sólo reside en un contexto de reorganización integral de productos y contenidos, sino de las formas de trabajo y de la propia estructura empresarial – (www.razonypalabra.org.mx)
Que chéveres los artículos de esta serie, me han gustado mucho… creo que lo mismo pasará con el dinero digital… al menos en Ecuador y por iniciativa del Estado (aunque parezca raro) ya se realizan muchas transacciones así… la política es cero papeles, que creo que es lo consecuente con respecto al medio ambiente… un abrazo grande y espero recibir más de tus artículos que son super interesantes, didácticos y aprendibles…
Estimado Raúl:
Comparto plenamente sus apreciaciones. Le puedo comentar que en Buenos Aires ya casi no quedan locutorios telefónico. Estos han sido reemplazados por la telefonía móvil.
Todos estos cambios afectan los sistemas productivos, no solo de sector fotográfico, por ejemplo a nivel correo quien recuerda como es el escribir una carta manuscrita, que alguien para las fiestas envíe una carta de felicitaciones es algo raro de encontrar, ya el mundo se ha vuelto digital.
Entiendo que el principal desafío al que nos enfrentamos es como utilizar estos medios de modo tal que nos faciliten la calidad de vida y no que los mismos nos dominen o invadan nuestra forma de relacionarnos.
Yo particularmente todavía disfruto del silencio, del sonido de los pájaros o de un buen paisaje, trato de apagar o al menos silenciar el teléfono móvil en esos momento y solo grabar en la memoria esos pequeños placeres que nos da la vida.
Entiendo que estos cambios son los primeros y que los mismos seguirán profundizándose, estamos ingresando en una nueva era de económica como bien describes en su articulo «Digital».
Sin otro particular, muy atentamente.
Buenos Aires, 9 de Febrero de 2015.
Marcelo Bustinduy.
Muy buen artículo, es el desafío de la Administración Tributaria entender la economía digital y gravar sus transacciones. Gracias, saludos.
Excelente artículo Raul. En días recientes comentaba con unos compañeros acerca de cómo el desarrollo de nuevas tecnologías incide en la nomenclatura aduanera y tu artículo ejemplifica perfectamente este proceso evolutivo.
Saludos también desde Venezuela.
Estimado Raúl me parece muy apropiado el artículo para avanzar en la lucha contra la evasión fiscal y la disminución de la brecha de incumplimiento. Slds. cordiales desde Bariloche.-