Evolución del método de partición de utilidades y su uso para evaluar el principio de libre competencia
El método de partición de utilidades (también conocido como método de la distribución de los resultados, división de beneficios y Profit Split Method en inglés o PSM), incluyendo su variante el método residual de partición de utilidades (Residual Profit Split Method en inglés o RPSM) es un método de muy poca aplicación en general y más aún en países latinoamericanos donde son relativamente pocas las multinacionales que tienen su casa matriz en esta región. Esta situación complica su aplicación dado que usualmente requiere información de todo el grupo empresarial referente a la transacción o en el escenario más optimista de las dos entidades involucradas en la transacción. Esto es particularmente un problema para subsidiarias de un grupo empresarial que no cuentan con esta información por lo que, en adición a esta limitación por temas de simplicidad y costo administrativo, suelen optan por la utilización de un método que evalúa un solo lado de la transacción como es el caso del Margen Neto de la Transacción (también conocido como método del margen neto operacional y Transactional Net Margin Method en inglés o TNMM) a efectos de cumplimiento.
La aplicación de métodos basados en distribución de beneficios comenzó como una solución a disputas y casos en corte en los cuales no era posible identificar transacciones comparables para verificar el principio de libre competencia. En las Directrices de la OCDE aplicables en materia de precios de transferencia a empresas multinacionales y administraciones tributarias (Directrices de la OCDE) de 1995 se incluyó el PSM y era justificado por la existencia de transacciones altamente integradas entre sí, las cuales no era posible evaluar de forma separada y la viabilidad de identificar formas en las que empresas independientes dividirían sus beneficios en sus transacciones. El Glosario de las Directrices de la OCDE de 1995 definió el PSM como:
Entre las fortalezas de este método, las Directrices de la OCDE de 1995 resaltaban su flexibilidad en el sentido de que toma en cuenta hechos y circunstancias específicos y posiblemente únicos que pudieran no presentarse en transacciones entre terceros independientes. Asimismo, la improbabilidad de que alguna de las partes involucradas en la transacción resultara con ganancias extremas, al ser evaluadas ambas partes involucradas en la transacción. Entre las debilidades resaltadas por las Directrices de 1995 está que los datos a ser considerados para valorar las contribuciones realizadas por las partes tienden a estar menos conectados a la transacción analizada que en los otros métodos. También resalta la dificultad en su aplicación.
La actualización de las Directrices de la OCDE en 2010 tuvo un impacto en lo relacionado al PSM. En esta actualización de las directrices también resaltan entre las principales fortalezas del PSM el hecho de que ofrece una solución para transacciones altamente integradas. Asimismo, es considerado como el método más apropiado cuando ambas partes involucradas en la transacción hacen contribuciones únicas y valiosas.
Como parte de la Acción 10: Otras transacciones de alto riesgo del Plan de Acción BEPS, la cual contempla “clarificar la aplicación de los métodos de precios de transferencia, en particular el método de partición de utilidades,” la OCDE trabajó en actualizar lo referente al PSM y se emitieron algunos documentos (2014, 2016 y 2017) en calidad de borrador de los cuales fueron recibidos comentarios. Sin embargo, para la actualización de las Directrices de la OCDE del 2017, no se había llegado a un consenso, quedando esta tarea pendiente.
Finalmente, a mediados de 2018 son emitidas las guías revisadas para la aplicación del PSM (Revised Guidance on the Application of the Transactional Profit Split Method) las cuales ratifican como sus principales fortalezas que ofrece una solución en el caso de que los participantes en la transacción realicen contribuciones o aportes únicos y valiosos, así como en casos de actividades altamente integradas.
Estas guías actualizan la definición del PSM al considerarlo:
También resaltan estas guías entre las fortalezas del PSM que ofrece flexibilidad al tomar en cuenta hechos y circunstancias específicas, y posiblemente únicos, de las empresas asociadas que pudieran no presentarse en empresas independientes. Asimismo, todas las partes relevantes en la transacción son evaluadas directamente como parte de la fijación de precios de la transacción, es decir, que las contribuciones de cada parte de la transacción son especialmente identificadas y su valor relativo medido para determinar la compensación de libre competencia para cada una de las partes con relación a la transacción.
En relación a las contribuciones, las guías resaltan que serán únicas y valiosas en los casos que:
Con respecto a su aplicación, que continúa resaltando como una de las debilidades de este método, la guía menciona que a primera vista el PSM pudiera parecer fácilmente accesible tanto para los contribuyentes como para la Administración Tributaria, debido a que depende menos de información de empresas independientes. Sin embargo, empresas asociadas y Administraciones Tributarias podrían tener dificultades para acceder a la información detallada necesaria para aplicar este método de forma confiable.
Las guías revisadas para la aplicación del PSM han incluido algunos aspectos referentes a la delimitación precisa de la transacción. En este sentido, mencionan que indistintamente del método de precios de transferencia que se vaya a utilizar, la delimitación precisa de la transacción requiere un análisis de los dos lados (o múltiples lados de las contribuciones de más de dos empresas asociadas de ser necesario) de la transacción. A pesar de lo anterior, resaltan las guías que la delimitación precisa de la transacción es importante para determinar si el PSM es potencialmente aplicable.
En los casos en que la delimitación precisa de la transacción determina que una de las (dos) partes de la transacción solo desempeña funciones simples, no asume riesgos económicamente significativos con respecto a la transacción y no realiza ninguna contribución que sea única y valiosa, el PSM típicamente no sería el método más apropiado. Asimismo, que la falta de comparables no debe llevar per se a la conclusión de que el PSM es el método más apropiado. En determinadas circunstancias, el uso de transacciones comparables suficientemente similares, aunque no idénticas, a la transacción analizada pudiera arrojar resultados más confiables que la aplicación inapropiada del PSM.
En lo referente al riesgo, las guías mencionan que el PSM es el método más apropiado cuando, de acuerdo a la delimitación precisa de la transacción, los diversos riesgos económicamente significativos en relación a la transacción son asumidos separadamente por las partes, pero esos riesgos están tan interrelacionados o correlacionados que los riesgos de cada parte no pueden ser aislados de forma confiable. La significancia económica de estos riesgos debe ser analizada con relación a los beneficios o ganancias relevantes reales o anticipados de la transacción.
Dentro de los cambios en el régimen internacional de precios de transferencia, impulsados por el plan de acción BEPS, lo relacionado al PSM ha sido fuente de discusión. Algunos consideran que debería proliferarse más su uso al estar en línea con la transparencia y visión de la transacción desde sus dos lados, aunque a la fecha, como se mencionó, tiende a considerarse apropiada su aplicación únicamente en presencia de intangibles únicos y valiosos, así como en el alto nivel de integración de la operación. Sin embargo, no deja de ser un método importante que muy bien vale el esfuerzo para su aplicación cuando pueda confirmarse que es el mejor método para evaluar la transacción.
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4 comentarios
Conceptualmente correctas anotaciones. Muy bien José Rafael.
Muchas gracias Francisco por el comentario y tomarte el tiempo de leer el artículo. Un saludo
Felicidades José!! Muy oportuno traer este tema a la mesa. Difruté la lectura y más viniendo de un amigo.
Un abrazo!
Me alegra que te haya gustado. Un abrazo!