Llamar correctamente a las cosas.

Hace unos meses, uno de nuestros países miembros nos consultó acerca de las mejores prácticas en la recaudación del llamado «impuesto de salida del país», aquel que normalmente se paga cuando uno abandona un país, generalmente, por vía aérea.

Para atender esta solicitud empecé a buscar qué países mantienen en su sistema tributario este impuesto y lo que descubría más allá de la forma cómo se recaudan, es que en nuestros países estamos muchas veces llamando impuesto de salida del país a exacciones monetarias que en realidad constituyen tasas, precios públicos y hasta precios privados.

El resultado de una rápida revisión de la práctica de 10 países, se muestra en el Cuadro N° 1 más abajo(1). 3 de ellos cobran realmente un impuesto (Colombia incluso 2), 5 cobran tasas y 4 cobran precios privados, ya que el beneficiario de la recaudación es una empresa privada concesionaria del aeropuerto.

Cuadro N° 1

Para los pasajeros, poco importa cómo se llamen estas exacciones monetarias. Su sensación es que le están cobrando «un impuesto». La prensa incrementa aún más esta sensación cuando se refiere a ellas de esa forma. Incluso la IATA(3), que publica el «List of Ticket and Airport Taxes and Fees«, no hace siempre las distinciones entre las diferentes especies de tributo.

Pero llamar correctamente a las cosas, nos ayudaría a los tributarios a identificar mejor al beneficiario de la recaudación, y entender porqué en un país se cobran estas exacciones de una forma u otra. No saben cuánto ayudaría eso a lograr una correcta comparación internacional. Así también, nos ayudaría a clasificar mejor los ingresos fiscales y hacer mejores comparaciones de los ingresos tributarios.

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