Nuevos perfiles, mismos retos – Parte III
Aportes colectivos para construir soluciones del futuro mediato.
¡ Gracias por esperar ¡
Para concluir esta serie era indispensable dar unos cuantos pasos que llevarán nuestra reflexión a un punto concreto en busca de continuar el diálogo constructivo.
Del 6 al 8 de junio en el Centro de Formación de la AECID en Cartagena de Indias Colombia, se llevó a cabo el encuentro de la Red de tutores del CIAT auspiciado por la Cooperación Alemana GIZ. Con la asistencia de Tutores de Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, España; México y Perú, que tuvo como propósito presentar los resultados del Programa de Formación de Auditores del CIAT e iniciar los trabajos para el diseño de una norma de Competencia del Auditor Fiscal. La experiencia ha sido por demás exitosa y gratificante.
Como hablamos en las dos primeras partes de la serie las exigencias para mejorar la calidad del capital humano de las AATT tienen que ver con las competencias para realizar sus funciones y las constantes demandas por responder a otras exigencias laborales. Esta vez, es un gusto compartir que, precisamente en estas próximas, semanas estaremos cerrando la primera promoción del Programa de Auditores y fue posible retroalimentar sus logros y mejoras. Conscientes de que el reto es aun mayor hemos iniciado los trabajos para implementar la Norma ISO-17024; una iniciativa de largo plazo y con mucho trabajo por delante, compatible con las recientes ideas presentadas en la Asamblea General del CIAT en Ottawa el pasado mes de mayo, donde se hizo patente el interés por construir nuevas contribuciones a la modernización de nuestras AATT.
¿Qué es la ISO-17024?[1]
Esta es una Norma Internacional de la familia ISO, que tiene como propósito establecer los requisitos de un programa de certificación de personas y en especial los requisitos de la institución que se acreditará como el Certificador. Está enfocada en la gestión por competencias y define a éstas como la capacidad demostrada para aplicar conocimientos habilidades y actitudes. Efectivamente, si así lo pensó, en el CIAT es nuestro interés la implementación de esta Norma con un alcance muy específico: La Certificación del Auditor Fiscal.
Entre las cosas que destacan son los requisitos para crear un modelo de evaluación y por lo tanto un sistema de certificación; dando como resultado que el CIAT necesita por un lado institucionalizar un esquema de evaluación y certificación y por el otro lado incentivar la certificación para los procesos de gestión del talento humano dentro de las AATT miembros del CIAT.
Perfil de auditor
Como explicamos en la segunda parte de esta serie, será necesario desarrollar un perfil del Auditor para que sea referente de la certificación; pero lo cierto es que trabajamos de forma anticipada el Programa de Formación, un programa virtual de 56 semanas, que abarca diferentes temas relacionados a la labor del Auditor, mismo que fue patrocinado para su diseño e impartición por la GIZ. No sobra decir que este perfil también será construido con base a la definición de competencias.
Programa de Auditores
Este proyecto cristalizó la cooperación con GIZ en materia de formación de Capital humano y es uno de los principales indicadores del Proyecto de colaboración. Se inició con el Primer encuentro de Tutores en 2016, donde se realizó el diseño curricular para el Programa de Formación de Auditores, el cual se fue desarrollando e implementando desde 2016 hasta 2018. Este programa incluye temas tales como: Ética, Administración Tributaria, Fundamentos del Derecho; Procesos de Contabilidad, Seguridad Social, Tributación Aduanera y Comercio Exterior; Procesos de Control, Informática aplicada a la AT, Fiscalidad Internacional y otros más.
Gracias al éxito de este proceso, es muy grato compartir que, está iniciando la segunda promoción de este programa. Es importante reconocer el mérito de las AATT y de los estudiantes que cursaron este programa, es una satisfacción saber cumplido un gran desafío. Pero vamos por más. Propiciar la profesionalización de los colaboradores tiene varias aristas, por ello nuestro proyecto pretende unir estas dos iniciativas: La Formación y la Certificación de los Auditores.
Proyecto de Certificación
Este proyecto contemplará diferentes etapas, una de ellas es institucionalizar la Certificación entre las tareas del CIAT, para ello en nuestro plan estratégico hemos incorporado las labores de certificación. De igual manera es necesario diseñar un Modelo de Sistema para la Certificación, que a su vez haga explícito un Sistema de Evaluación. No es cosa menor, toda vez que es indispensable cumplir todos los requisitos de la ISO-17024, para el diseño de ambos Sistemas, lo que ocupara buena parte de nuestros esfuerzos y desarrollar nuestras propias competencias.
Además de establecer los requisitos que sean necesarios para la viabilidad de estos sistemas, quizá uno de estos requisitos clave, es la definición del alcance de esta certificación, el cual es la implementación de un Sistema de Certificación de Auditores Fiscales, basado en una Norma de Competencia; no nos referimos a un cargo, a una tarea o a una jerarquía o estatus laboral, nos referimos a quién realiza la función de verificación, comprobación o auditoria en nuestros países, por lo que debemos implementar otras acciones de productos conforme, porque la evaluación también será todo un reto, toda vez que en nuestra región persisten diferencias en los modelos de auditoría, implicando diferentes roles unidades administrativas e incluso diferentes procesos.
Lo cierto es que, alineados al espíritu de la ISO, nuestra intención es desarrollar o fortalecer en el Auditor las competencias que le permitan ser capaz de cumplir su trabajo.
Así entonces las tres iniciativas (Formación, Evaluación y Certificación) serán otro aporte del CIAT a la membresía e incluso a la Red de Organizaciones Tributarias (NTO por sus siglas en inglés), que agrupa a 9 de las 11 Asociaciones de Administraciones en el mundo con similares preocupaciones en el terreno de la profesionalización.
Este es proyecto de largo plazo inicia en Latinoamérica, requiere de mucho apoyo de partes interesadas y patrocinadores que sea posible sumar, en beneficios de las AATT y la sociedad a la que servimos.
Nuestro sincero agradecimiento a nuestros tutores, que aportan su talento y experiencia a esta gran iniciativa, sin el enorme aporte que realizan no sería posible pensar una empresa de esta magnitud y nuestra invitación a nuestras AATT para sumarse y participar en las etapas por venir para lograr que la Certificación de Auditores Fiscales sea una realidad.
[1] Para mayor información puede consultar aquí la versión en español https://www.iso.org/obp/ui#iso:std:iso-iec:17024:ed-2:v1:es
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9 comentarios
Felicitaciones Alejandro por relatarnos lo ocurrido en el evento. Sin dudas fueron 3 jornadas de amplio debate y muy enriquecedoras. El proyecto es de vanguardia y sumamente interesante en la materia y si consideramos que el principal activo que tienen las Administraciones Tributarias hoy son sus recursos humanos no cabe duda que el mismo esta condenado al éxito. Abrazos
Hola Alfredo, como dije, gracias a los aportaciones de los tutores, vamos por buen camino. Tanto conocimient y experiencia de todos ustedes es una gran riqueza para compartir desde América Latina al mundo.
Estimado Alejandro
El auditor fiscal es clave en el cumplimiento de la eficiencia recaudatoria de las administraciones tributarias en el siglo 21, debemos entender que el rol del auditor es bastante complejo dado al constante crecimiento de la economía digital y el papel de la empresa multinacional en la globalización, antes esos escenario, el auditor fiscal se adapta a mundo en que la auditoria dejo de hacer de papel, al ya casi obligatorio uso la tecnología de la información para el desarrollo de sus funciones.
Sin duda alguna esas jornadas fueron bastante fructíferas y el producto final de esas mesas de trabajos será de gran ayuda para las administraciones tributarias en mejorar sus programas de cumplimiento colaborativo de las obligaciones tributarias con sus contribuyentes .
Éxitos y saludos.
José
Gracias por compartir las experiencias de la reunión de la red de tutores y las acciones que el CIAT está realizando para poder hacer frente a los retos del auditor fiscal del futuro. Un abrazo
Estimado Alejandro:
Comencé a leer esta última contribución tuya, pero me vi en la necesidad de retomar –primero- la lectura de tus dos aportes precedentes. Te felicito por la coherencia y el hilo conductor perseverante en tus tres aportes: las personas, el recurso humano.
Tuve la oportunidad de contribuir como Tutor del curso de Administración Tributaria en la primera promoción del Programa de Formación de Auditores, y ahora que han comenzado los estudios de la segunda promoción, constato un mayor entusiasmo y dedicación por parte de nuestros alumnos (casi me “revientan” el primer foro), que provienen de las AATT de América Latina. Estos programas de formación constituyen un excelente y muy pertinente precedente del proyecto de Certificación de Auditores Fiscales, basado en una Norma de Competencia, que ahora viene impulsando el CIAT y que tú vienes liderando. Felicitaciones por ello¡¡¡¡¡
Víctor
José y Víctor, mi reconocimiento a su trabajo y contribuciones para este proyecto, sin ustedes no será factible.
Rafael, mil gracias por tu comentario, espero sea una realidad lo más pronto posible.
Hola Alejandro, aplaudo los esfuerzos que desarrolla el CIAT en la formación de recursos para las administraciones y los buenos resultados que se obtienen de ellos en la difícil gestión disuasiva. Habiendo leído los propósitos de tu programa, sin conocer en detalle su desarrollo analítico y solo para contribuir con ellos, quiero hacerte algunos comentarios personales derivados de mis experiencias y formación profesional.
En primer lugar quería referirme a la competencia del auditor para operar en tributos, creo que la contratación de servicios colegiados profesionales de contadores públicos con formación universitaria, titulo terciario habilitante y posgrado de perfeccionamiento para cubrir funciones de auditoría tributaria, garantiza suficientemente la contrastación de indicios y evidencias derivadas de los sistemas de información que permiten detectar el fraude.
Otras profesiones desde mi punto de vista pueden y deben contribuir en pericias concurrentes a la actividad del auditor, mas a mi juicio carecen de la formación profesional adecuada a la auditoría contable – tributaria propia del contador público.
Concuerdo respecto a la necesidad de alinear a los auditores con los propósitos y estrategias institucionales, sin embargo pienso que al respecto es prioritario subordinarlos a los procesos institucionales, comprometiéndolos con ellos y realimentándolos con los resultados de las verificaciones.
Pienso que las administraciones no debieran reforzar aún más la “autonomía intelectual” que hoy disfrutan los auditores en muchas de ellas desarrollando una actividad no tan comprometida con los procesos abastecedores de información, como con la independencia de criterio que para el desempeño profesional se les ha inculcado en la universidad.
Al crear arquetipos de auditores para desempeñar funciones abastecidas por información en cuya producción y procesamiento no se sienten comprometidos, se arriesgan conclusiones discrecionales no exentas de ineficiencia ni de la posibilidad de abrir brechas a la corrupción.
La función del auditor debe estar integrada a los sistemas institucionales participando en su desarrollo y ser parte constitutiva de ellos para realimentarlos.
En la actualidad la tecnología para la detección de indicios y evidencias de fraude exige auditores integrados a la actividad de científicos de datos, requiere especialización de los auditores en definición y análisis de información.
CIAT ayudaría notablemente a la función de auditoría capacitando contadores públicos profesionales universitarios certificados por los colegios profesionales, para integrarlos a los procesos de definición y análisis de datos, comprometiéndolos con su eficiencia y entrenándolos para realimentarlos.
Hola José Luis,
Tremendos puntos en tu aportación me gustaría abundar sobre algunos de ellos que precisamente están a la mesa del diálogo:
Escolaridad: Sí bien señalas como recomendación la predilección de los contadores públicos como un paradigma dominante de escolaridad en el perfil del Auditor, lo cierto es que este ha ido cambiando, y los ejemplos sobra, Brasil Francia y España por ejemplo, el Auditor no es por definición un contador público; pero sí profesionales sujetos a estrictos procesos de evaluación para la selección y a formación para el trabajo. Así que precisamente el enfoque de competencias reconoce un saber, y un saber hacer junto con aptitudes y actitudes deseables para desempeñarse como Auditor:
Respeto al uso de la ciencia e datos, coincido contigo, ahora el Auditor debe manejar avanzadas herramientas informáticos para la revisión contable y para la Auditoría (entendida ésta como un proceso de fiscalización tributaria), por lo que las exigencias de formación al Auditor ponen nuevos requerimientos, pero, desafortunadamente el grado de capacidades institucionales en los países de la región es muy diferente, y lo que es un requerimiento en un lugar, no lo es en otro; por lo que el estándar a construir debe ser concreto, objetivo; medible y realista. partiendo de una premisa: La Auditoría es mucho más que una revisión contable.
La Certificación de Colegios que es una práctica de ya muchos años, es una herramienta útil. n este nuevo enfoque por competencia se agrega el campo tributarios, definido por las propias AT´s, no por los colegios de profesionales. Incluso las B4 están sujetas a críticas por calidad deficiente de su trabajo; un caso muy reciente es la evaluación del ente regulador en el reino Unido. Aquí la nota: https://observador-pt.cdn.ampproject.org/c/s/observador.pt/2018/06/19/kpmg-arrasada-por-regulador-no-reino-unido-qualidade-do-trabalho-e-inaceitavel/amp/
Sobre la formación, tenemos avances muy importantes, pero la formación no necesariamente nos da evidencia de mejora en el desempeño (debería hacerlo); lo que significa debemos instrumentar mejores forma para evaluar el rendimiento, y poner de manifiesto no sólo que el Auditor sabe hacer su trabajo, sino que también puede enfrentar retos volumétricos del mismo. (lo que no forma parte de un estándar). Y este tema en realidad tiene muchísima tela de donde cortar, pero pocos consensos.
Ineficiencia: coincido una vez más, la certificación no tiene un valor en sí misma. el plus, lo agregan las AT´s al utilizarla como un mecanismo diferenciador de eso, La eficiencia, donde una AT respalda el desempeño eficiente de sus Auditores, aquellos que cumplan los requisitos que sean determinados, para ser considerados sujetos de certificación. Y no sólo eso sino para todos los demás procesos que impliquen a los Auditores desde la lógica del desarrollo del talento humano, seleción, remuneraciones, estímulos y recompensas, promociones etc. La certificación es una buena práctica al servicio del desarrollo de las personas pero también de las organizaciones.
Etica y compromiso para un desempeño ético: Gran tema, asociado a diferentes vínculos de causa-efecto, no es posible ni generalizar ni particularizar, pero sabemos que tenemos problemas en esta área, debemos desarrollar nuestros modelos de ética o sistemas de gestión de la integridad, e incluso modelar conductas deseables desde la alta dirección de las AT´s, menudo reto en contextos donde lo urgente no deja tiempo para lo importante.
Muchas gracias por tu aporte, me diste oportunidad de abonar a las ideas.
Saludos.