Secreto bancario en Europa
¿Una especie en peligro de extinción?
Resumen y traducción de un artículo “Secret Bancaire a l’etranger: du neuf”, por Sr. Manoel Dekeyser, abogado fiscal en Bruselas.
El 14 de mayo pasado los ministros de Finanzas de los 27 países europeos se reunieron para desarrollar una cooperación más eficaz entre las autoridades fiscales de cada estado. Los objetivos concretos eran asegurar una formación común a los oficiales tributarios de todos los Estados sobre las normas en vigor, y lograr que los oficiales de los diferentes países conozcan y sepan comunicarse con herramientas informáticas compatibles.
Otro punto del orden del día era revisar los términos de la Directiva “Ahorro». Esta es la «ley europea» que organiza la información automática de un país a otro sobre los intereses devengados por las cuentas en el extranjero. La Directiva se aplica también a Suiza y otros países no pertenecientes a la UE (Andorra). Se hace una excepción para algunos, incluyendo Luxemburgo y Suiza, que pueden no informar a los otros países, pero a condición de aplicar una retención del 35% sobre los intereses de estas cuentas.
La reunión del 14 de mayo tenía por objetivo de ampliar dicha Directiva a otros productos, tales como el interés en la compra de seguros, y otras situaciones, tales como la distribución de los ingresos financieros por un fideicomiso basado en Jersey o Liechtenstein a un residente de la Unión.
Tener una cuenta bancaria en el extranjero, incluso en Suiza o Luxemburgo, es perfectamente legal, al igual que ser un beneficiario de una fundación. Pero no declarar los ingresos de la cuenta o las distribuciones de una fundación u otra estructura similar, ahora es ilegal, y es muy arriesgado “apostar” sobre una falta de comunicación de un país a otro. De hecho, en Suiza y Luxemburgo el secreto bancario ya es una especie en peligro de extinción para los residentes europeos. Los bancos de estos países, que en el pasado promovían las bondades del secreto, hoy invitan a sus clientes europeos a regularizar su situación. Ellas lo hacen ahora de manera enfática, sabiendo que dentro de unos meses tendrán que anunciar a aquellos que no se han puesto en orden el cierre de su cuenta- o denunciarlos a las autoridades tributarias en su país de residencia. Es un cambio total de perspectiva!
Suiza ya ha entregado en los Estados Unidos los nombres de miles de clientes de sus bancos e incluso, en un caso, los nombres de los miembros del personal con quien habían estado en contacto. En los últimos meses de 2012, Suiza y Luxemburgo se han puesto de acuerdo para poner sus cuentas en orden, por la fuerza de la presión estadounidense, así como por los escándalos financieros que hemos conocido (el desastre chipriota demostró el riesgo de la opacidad en los sistemas bancarios locales). La situación de los titulares de bienes no declarados va seguir empeorando, en momentos en que algunos gobiernos europeos, siguiendo la moda francesa, estigmatizan los «malos ciudadanos» y ocultan su incapacidad para tomar decisiones presupuestarias difíciles en parte con la criminalización del delito tributario.
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