Transparencia y Rendición de Cuentas
En los Objetivos para el Desarrollo Sostenible -ODS- incluidos en la Agenda 2030 destaca el destinado a garantizar el acceso público a la información. En la mayoría de los países de la región se han aprobado leyes de transparencia y acceso a la información pública. Sin embargo, pese a los esfuerzos realizados, la corrupción sigue siendo una de las principales preocupaciones de la ciudadanía en los países de nuestro entorno.
En este contexto debemos preguntarnos qué han hecho y qué deberían hacer las administraciones tributarias, en cuanto pilares fundamentales de la acción del Estado, para avanzar en la lucha contra la corrupción y en la implementación efectiva de políticas de transparencia e impulso de la ética institucional.
El fomento de la transparencia es una pieza clave para dar cabida a los contribuyentes, empresas y a los ciudadanos en general en la construcción de una administración tributaria moderna, eficaz y eficiente por cuanto contribuye a una mayor aceptación de su actuación y, por ende, a un mejor cumplimiento de las obligaciones tributarias y a una menor tentación de recurrir al fraude fiscal.
Son muchas las razones que avalan que la sociedad en general deba saber qué está sucediendo en la gobernanza pública, sobre todo, en lo que se refiere a la gestión de la administración tributaria toda vez que este mayor conocimiento tendrá reflejo en el nivel y la calidad del cumplimiento de las obligaciones tributarias. Además, la administración tributaria no puede quedar al margen de la sociedad a la que sirve y de la que es parte, por eso debe concebir novedosas formas de participación que permitan al ciudadano expresar su opinión sobre los servicios que recibe, proveer al ciudadano de información institucional sobre los objetivos y resultados de su gestión y someterse a los controles existentes y a los que se establezcan a través de sus órganos representativos.
El desempeño ético y transparente de la administración tributaria, con sus diferentes perfiles e implicaciones, ha sido objeto de una especial atención por el CIAT a lo largo de sus más de 50 años de existencia. Resulta interesante recordar que la primera declaración institucional en la historia del CIAT se produjo en la Asamblea General celebrada en Santo Domingo en 1996 y precisamente contiene los “Atributos mínimos necesarios para una sana y eficaz Administración tributaria” en los que inequívocamente se apostaba por “una Administración que garantice la aplicación justa, confiable y transparente de las políticas y leyes fiscales, el acceso, el servicio confiable y la consulta con los contribuyentes”.
Junto con los esfuerzos del CIAT, son de destacar los trabajos de las organizaciones internacionales como el FMI o la Organización Mundial de Aduanas que han desarrollado herramientas para evaluar el desempeño ético y transparente de las administraciones como TADAT o instrumentos para medir y obtener datos como ISORA o Guías para la implementación de políticas de transparencia, buena gobernanza y desempeño ético. De igual modo, el conocimiento de las mejores prácticas internacionales en esta materia ayudará a las administraciones tributarias de los países miembros del CIAT a consolidar estas políticas con los mayores estándares de calidad y exigencia.
Todo ello puede consultarse en el documento elaborado[1] en el seno del Comité Permanente de Ética del CIAT sobre “Transparencia y Rendición de Cuentas” que fue presentado en la 52 Asamblea General de CIAT al que acompaña una encuesta dirigida a los países miembros que constituye una auténtica “checklist” de materias que deben abordarse cuando se trata de implementar políticas de transparencia en la administración tributaria.
[1] El Comité estaba integrado por Rosa da Conceição ( Receita Federal do Brasil) Maria Teresa Missionario (Autoridad Tributaria de Portugal, Vera Sijven ( Ministerio de Finanzas de Holanda) y Juan F. Redondo (Representación de España ante el CIAT).
Descargar documento: «Transparencia y Rendición de Cuentas» (Español / Portugués)
Descargar documento: «Encuesta sobre Transparencia»
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3 comentarios
Tanto la Transparencia como la Rendicion de cuentas son factores determinantes para el desarrollo de una sociedad en la que prevalezca la equidad , la justicia social y una economia que pueda solventar las necesidades mas basicas de toda su poblacion. Desde las Administraciones Tributarias se pueden impulsar iniciativas encaminadas a buscar soluciones que sean de tipo permanente aunque las mismas no sean necesariamente palpables en un corto plazo. Es por lo anterior que la AT en Honduras le esta apostando a la Educacion como una herramienta valiosa y fundamental para crear una cultura de transparencia. Esta demostrado que un pais que invierte en la educacion integral de sus niños y jovenes tendrá mayores oportunidades de sustituir las malas por buenas practicas respecto a los temas de transparencia , rendicion de cuentas y asi combatir el cancer de la corrupcion. Es por esa razon que a traves del Programa Nacional de Educacion Fiscal se ha llegado a docentes y estudiantes de diversas regiones del pais , con materiales que les presentan en diferentes grados de dificultad estos conceptos , pero mas importante aun los ejemplos de cual debe ser la conducta de un servidor publico y como se debe combatir desde las trincheras del ciudadano con las armas del acceso a la informacion publica los actos de corrupcion en un pais. La semilla se ha sembrado y con seguridad podemos esperar los mejores resultados de estos procesos formativos como la mas valiosa contribucion que pueda dejar una AT.
Considero que un elemento fundamental para apuntar hacia el desarrollo, es la transparencia mediante la rendición de cuentas periódicas, proceso por el cual debemos estar abiertos todos los colaboradores que formamos parte de la Administración Tributaria. Administrar eficientemente estos recursos es responsabilidad ética de cada colaborador, armonizar el adecuado uso de los recursos públicos y divulgación de los mismos, es la primera tarea que tenemos los servidores del Estado.
Actualmente es de casi todos conocido el fenómeno internacional de la corrupción. Está sucediendo en unos países más que en otros, especialmente en Latino América. Esto se debe principalmente al afán interno de cada uno por atesorar cada vez más riqueza, como una manifestación clara y plausible de ambición y avaricia personal, al obtener una oportunidad en la alta magistratura se presenta de inmediato ese afán. No obstante, cuando en un sistema existen medios de control administrativo eficientes y eficaces, fuertes y aplicados a todos por igual, el resultado es plausible, hay temor para la comisión de ilícitos públicos. En otros países al contrario, el fenómeno se acentúa debido a la impunidad; poco a poco las malas prácticas se van generalizando y ocupando un lugar preponderante, al extremo que nadie confía en nadie y nadie se asusta con una noticia de esta índole. Como consecuencia, también ha crecido la creación y aplicación de políticas cada vez más agresivas de control administrativo interno; así se han generalizado: herramientas, instrumentos, leyes (de transparencia y acceso a la información pública y otras) y códigos de ética, que no por existir son garantía de éxito en el combate al mal. En esta guerra abierta, existe una víctima de los efectos, ya que los ciudadanos en general toman el despilfarro público, el asalto y saqueo del Estado como una justificación para no pagar sus impuestos, es una reacción aparentemente lógica pero incorrecta, porque las obligaciones tributarias deben cumplirse independientemente. Pero lo que sí es evidente es la amenaza a las finanzas públicas, ante lo cual las administraciones tributarias deben poner en práctica estrategias y políticas definidas como la publicación de sus objetivos, gestión, resultados y destino de los recursos, para diferenciar el destino y paradero de las recaudaciones y el origen de su presupuesto que es muy diferente. También mantener un mayor acercamiento al gobierno central para encausar juntos las acciones en pro de la limpieza verdadera de la imagen gubernamental. Por otro lado, los colaboradores tributarios y aduaneros deben hacer de los Códigos de Ética un pan de cada día para su propia salud social, la de su institución y de su patria.