Temas para discutir en el café

Finalmente. Tuvimos nuestro Encuentro de Tecnología en octubre, y la evaluación fue positiva. La expectativa de tener otro encuentro fue manifestada presencial y virtualmente por tirios y troyanos, por lo que podríamos decir, sin falsa modestia, que salió bien. No escribiré sobre el evento, ya lo hizo Juan Redondo, estrenándose así en este espacio.

En mi “Keynote”, esa presentación inicial cuyo nombre resulta difícil de traducir, planteé, al finalizar, tres aspectos del futuro cercano que en mi opinión tendrán implicaciones profundas para las administraciones tributarias.

Esos elementos son:

• Los nuevos desarrollos en inteligencia artificial, que van de los autos sin conductor a los asistentes digitales, y que más pronto que tarde entrarán en el marco de la administración tributaria con una capacidad de transformar el ambiente de trabajo y la prestación de servicios comparable, guardando las distancias, a la introducción de los computadores personales en el entorno laboral en el final de los 80 y comienzos de los 90. En ese momento, con la introducción de procesadores de texto, probablemente Wordstar, y de hojas electrónicas, probablemente Lotus 123, se elevaron los niveles de productividad de los pocos funcionarios que podían utilizarlos, pero rápidamente estas herramientas llegaron para quedarse y transformaron el ambiente de trabajo. Una transformación que vio agregarse un computador personal a cada escritorio, con cada funcionario escribiendo sus propias cartas e informes, mientras veía como ciertos puestos de trabajo o se transformaban o desparecían. La incorporación de esos asistentes digitales al entorno de trabajo me parece será una cuestión nada más de tiempo. No sé quién ganará la carrera: ¿Cortana, Alexa, Siri? –  la asistente de Google tal vez – pero lo que sé es que en esa carrera se mejorarán cualesquiera tecnologías que ya existen y ya impresionan involucradas con la comprensión de lenguaje natural y la acción no de simples resultados de búsqueda sino de respuestas o acciones concretas. Estoy seguro que pronto aparecerán esos asistentes, para responder preguntas internas y externas, cada vez más complejas. Yo la he bautizado Astrid – Asistente Tributario Digital.
• Los desarrollos en la impresión 3D, que dejó ya de ser un juego para imprimir pequeños diseños, y que se usa para imprimir partes de máquinas, piezas de ropa, algún puente, casas, mientras se investiga y trabaja en la impresión de órganos humanos. Si esta tecnología se consolida como parece ocurrirá, los efectos sobre los modelos de negocio son enormes. La posibilidad de eliminar parcial o totalmente a intermediaros en los procesos, algo que ya ocurrió en varios sectores, la venta de libros o pasajes aéreos, por ejemplo, se extendería a los procesos productivos (¿tal vez incluso los industriales?) con implicaciones en los puestos de trabajo, sin duda, pero también en los aspectos tributarios particularmente en tributos indirectos. La posibilidad de enviar diseños a ser impreso a través de la red en otro país, extienden el problema del control sobre la importación de bienes intangibles a los bienes físicos. Conceptos como el origen para temas aduaneros debe ser redefinido. La impresión 3D tiene un potencial disruptivo enorme, que podría ser a la fabricación de bienes lo que la digitalización de la música a la música.
• Blockchain. La tecnología atrás de Bitcoin, que ya tiene implicaciones en el mundo tributario sobre los que escribí en posts anteriores, y que está siendo hoy estudiada seriamente para su aplicación en otros entornos menos oscuros que los que usualmente se asocian a aquella moneda cifrada. La posibilidad de contar con un registro de cosas, altamente seguro, cifrado, sin un control centralizado y sin dueño abre posibilidades para su utilización en diferentes ámbitos que van desde la autenticación de identidad, a la implementación de marcas de tiempo en flujos de trabajo, pasando por la implementación de alternativas a sistemas centralizados controlados por un tercero, por ejemplo, el bancario. Blockchain permite, en corto, que diferentes partes vayan añadiendo elementos de manera segura e inalterable a un registro anterior, suministrando información o añadiendo elementos a la situación anterior, con conocimiento de todos los interesados sin la necesidad de contar con un tercero confiable que administre el sistema. Dentro de la administración tributaria pueden existir usos interesantes. El primero que se me ocurre, y que mencioné en Miami, es el de la implementación de Certificados de Reintegro Tributario negociables, en los países en que se usan. Pero una aplicación más directa en los países que tienen implementaciones amplias y exitosas de factura electrónica sería la implementación de la gestión de eventos, utilizando blockchain en los propios documentos. Esto permitiría que todos los interesados conocieran no solo de la emisión de una factura, sino del momento del pago, de la entrega de mercadería o de cualquier novedad que se dé. Entre esas, y extremadamente útil sería la implementación de factoring, de manera que cuando se negocien esas facturas por cobrar, se sepa con certeza si aún no están pagadas, si es solo una parte, el valor negociado, sin necesidad de un tercero confiable en el medio. Otra aplicación posible de blockchain en la administración tributaria, presentada en un artículo de TaxNotes “Blockchain Technology Might Solve VAT Fraud” y en mi opinión merece ser estudiada, sería la implementación de una especie de moneda similar a bitcoin, que se utilizaría exclusivamente para la gestión de créditos y débitos del impuesto al valor agregado y que evitaría que el flujo asociado se realice en moneda corriente, disminuyendo (o dificultando) las posibilidades de fraude.

Son temas interesantes, seguramente polémicos. Seguro entre ustedes estarán escépticos y de los otros, y entre los últimos, de los que ven más oportunidades que amenazas. Yo, que soy de los que tienden a ver el vaso medio lleno, los invito a discutirlos con un café o, por qué no, ¿qué tal en el Segundo Encuentro de Tecnología en 2018?

Saludos, suerte y desde ya, feliz 2017

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