Un problema de conejos
O de agujas en pajares
Hace un par de semanas, un colega de una administración tributaria me comentaba las dificultades que le significaban sacarle valor a la información del consumo de energía eléctrica de todos los medidores del país: resultaba difícil correlacionar un número de medidor con un número de contribuyente, sumándole a eso, no solo la discrepancia de los identificadores sino también los alquileres, el destino no siempre residencial de algunos medidores, los errores en la medición e incluso las costumbres de los residentes.
Son varios países miembros del CIAT que han implementando sistemas de facturación electrónica en los que las administraciones tributarias reciben, en línea o en lotes, el contenido íntegro de las facturas. Es frecuente que, en esos países, se vaya estableciendo progresivamente el carácter obligatorio del uso del sistema de facturación electrónica. Se están implementando ya, en varias administraciones, la recepción electrónica de informes agregados, o incluso los detalles de cabecera de todas las transacciones de las ventas al por menor realizadas a través de máquinas fiscales. Varias administraciones reciben periódicamente informes, con diverso nivel de detalle, de transacciones bancarias, pagos con tarjetas de crédito, compras que superan determinados valores, compras de determinados productos, membresías en clubes exclusivos, boletos aéreos, etc.
Los volúmenes de información que están llegando a las administraciones son ya impresionantes. La previsión es que el incremento se acelere con la incorporación de libros fiscales y contables electrónicos, como el caso de SPED(1) en Brasil, o el uso de XBRL(2) y la publicación de taxonomías localizadas para el envío de reportes financieros, balances y estados de resultados.
Al leer el comentario de Eduardo Manrique, en un post anterior, sobre la necesidad de preparar a la Administración, y en particular a sus recursos humanos, para trabajar con una abundante, y cada vez más creciente, cantidad de información sin indigestarse recordé la anécdota de un amigo en la provincia de Buenos Aires, en Argentina, que en sociedad con su suegro decidieron emprender en el negocio de la crianza y venta de conejos.
A partir de contactos que encontró a través de la Internet, Darío y su suegro aprendieron a preparar las jaulas, a crear el sistema para recoger “las aguas” y mantener las jaulas limpias, a preparar la alimentación que ayudaría al crecimiento sostenido y saludable de los conejos, y a conocer las precauciones sanitarias que serían necesarias. Fue motivo de alegría la llegada de los primeros conejitos pero, más pronto que tarde, entendió sin espacio para la duda, la vieja expresión que dice: “se reproducen como conejos”. Las conejas, parecía, estaban comprometidas con un servicio 7 x 24. Empezaron a aparecer conejos por aquí, conejos por allá. Los sistemas de recolección de agua empezaron a colapsar, la estructura misma de las jaulas empezó a flaquear y pronto empezaron a divisarse furtivamente por cualquier lugar las pequeñas criaturas blancas y “algodonosas” y una vez libres, encontrarlas para separar los machos de las hembras y detener la “epidemia” iba resultando cada vez más parecido a encontrar una aguja en un pajar. El mercado que había sido identificado a priori como atractivo no estaba preparado para recibir semejante avalancha de conejos. En solo unos pocos meses, mi amigo y su suegro lograron terminar el negocio sin comprometer demasiado las relaciones familiares.
Las Administraciones tienen que prepararse, desarrollar sistemas sólidos y muy estables, que trabajen sobre plataformas de comunicaciones muy confiables para que las transmisiones y autorizaciones en línea, donde y cuando existan, no afecten la operación de los terceros; y para que los días de vencimiento los mismos no colapsen con los millones de registros que pugnarán por recursos computacionales. Pero aún más importante, será la capacidad que deberán desarrollar para utilizar esa información adecuadamente: minimizar los efectos de los errores en los suministros de datos, disparar acciones de control, generar nuevos servicios para los contribuyentes, y aumentar la precisión de los estudios. Tornar esos Terabytes en el “combustible” de las herramientas y no en conejos que se reproducen de manera incontrolada ni en pajares donde casi nunca se encuentra la aguja.
Saludos y suerte.
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12 comentarios
Muy jocoso el símil con los conejos, te has apuntado otro hit con este post.
Claro, las AT deben prepararse para la recepción, procesamiento y utilización productiva de la información que solicita, en muchas de ellas con volúmenes que sobrepasan los teras de las conejeras, debemos recordar que la «gente de fuera», contribuyentes, está muy pendiente de la utilización que de ella hagan las AT, para ver en qué medida le siguen «haciendo conejo» para evadir sus responsabilidades. Hacer conejo en Colombia significa, enganar, estafar o irse de un restaurante sin pagar la cuenta.
Donde viene el cuello de botella, podrías ser conejos embotellados! Je je
Como ocorrió en Panamá si? Mucho mas data y sin comunicaciones suficientes en 2011.
E pasa en todo mundo!
el BI (business inteligence) es mas difícil montar los cubo da datos que obtener y almacenar grand cantidad de datos.
Calidad de datos y arreglar los cubos de pesquisas son los desafíos actuales.
Congratulaciones!
Muy interesante. Se me asemeja a una realidad de muchas de nuestras instituciones públicas, cuando nos acercamos a realizar un trámite que nos piden «copia» de un documento. Y cuando les preguntas la razón te dicen «No sé, es el procedimiento»; para ser archivado y nunca más utilizado¡¡¡¡¡¡
La anécdota de los conejos, además de hacer la lectura amena, cumple perfectamente una función didáctica para un tema que es netamente técnico. El mensaje-consejo queda muy claro.
Literalmente me imaginé el caso Dario, con el respectivo estrés, etc.,etc. Y me parece, tal vez por ignorancia, ups…. cuasi imposible controlar la avalancha de problemas con tantos usuarios. Eso me remite a pensar que a veces los usuarios simplemente criticamos un servicio, sin ponernos en los zapatos del proveedor, aunque…… claro…. pa que se mete uno de proveedor si no va a poder controlar la avalancha je!
Adicionalmente al buen sistema informatico a emplear las Adminstraciones Tributarias, éstas deben ser retroalimentadas y actualizadas a fin de que la información que registran sea la real, para que no sucedan contingencias en las que se podria ver perjudicado el contribuyente asi como la misma AT, entre otros beneficios que otorgaria.
Estimado Raúl, aún es peor cuando (a diferencia de tus conocidos) ni siquiera hemos planificado adecuadamente las jaulas, la comida y el servicio de limpieza. Muchas veces comenzamos por el final: pedirle (muchos) datos al contribuyente y comenzar las «pilas», una especie de realización virtual de las viejas pilas de papeles que adornaban los escritorios: ahora, verdaderas «tera pilas» de datos a la espera de ser organizados. Es cierto que los colegas del «área técnica» deben lidiar con el almacenamiento y la calidad (tiempo y forma) de los servicios soportados informáticamente que damos las Administraciones, pero también hay que reconocer que los del «área de negocios» deberemos ser más previsores al momento de pedir datos, y comenzar a desapilar un poco y explotar más.
De su excelente artículo se desprende que si las Administraciones Tributarias no estás tecnológicamente preparadas para procesar la información, de nada servirá ésta. Por lo tanto, la asimilación de los procesos automatizados debe convertirse en una tarea impostergable y asumirse de forma gradual, como dice el refrán «sin prisa, pero sin pausa». Tampoco hay que dejar de lado a los contribuyentes y el papel educativo que tiene la Administración Tributaria para con ellos, ya que todo cambio, ya sea a nivel de procesos o de leyes, repercute sobre ellos y mientras es asimilado va a generar confusión, errores, retrasos y una avalancha de personas en las oficinas, queriendo informarse sobre las novedades. En conclusión, la planificación sería la solución ideal para llevar de la mano teconología, información, educación tributaria para el logro del fin último que es garantizar la recaudación.
Estimado Raúl; No solo tu narración de los hechos es perfectamente aplicable «al problema de los conejos» sino también » a la realidad de las Administraciones Tributarias actuales».
Desde hace algún tiempo insisto en la idea que las Administraciones debemos trabajar en la medición de las cantidades óptimas a trabajar en los procesos. Es de gran utilidad la información sistémica pero, advirtiendo que en la Administración Tributaria siguen subsistiendo parte de controles o procesos manuales, técnicos, donde la intervención del recurso humano es indispensable, se hace necesario establecer criterios que permitan un mejor manejo de dicha información. Que así se eviten decisiones discrecionales y se pueda transparentar el uso que de dicha información hacen las Administraciones Tributarias.
Solo así podremos seguir adelante con la crianza de conejos!
Creo que las adminstraciones tributarias muchas veces no evaluan los costos de cumplimiento que le generan a los contribuyente solicitando excesiva informacion, que como Raul lo dijo, no pueden manejarla de manera eficiente. En el caso de Argentina, la proliferacion y duplicacion de regimenes de informacion de AFIP, resulta bastante gravoso para los contribuyentes y para terceros obligados.
Raul:
Esa comparación de los conejos es muy ilustrativa, normalmente cuando trato en los diversos paísis en los que trabaje el asunto del requerimiento de información de terceros hago al comparación con el famoso «Rodizio» brasilero donde uno recibe y recibe la deliciosa carne que te ofrecen y nunca llegas a terminar y te llenas mas de ver de que comer.
La información que requerimos a los contribuyentes debe ser de la magnitud que podamos «digerirla» y mas alla de que podamos tener los recursos informáticos para almacenarla, si ella es solicitada y no es empleada o controlada su calidad, el contribuyente percibira esto y «cumplira» el deber formal de presentar la información sabiendo que la administración no hara nada y por lo tanto un sistema tan eficaz para encontrar las brecjas de evasión como es el cruce de información deja de tener sentido.
Los nuevos sistemas de facturación se estan convirtiendo en el dulce para las administraciones tributarias pero mi consejo es que vayan sin prisa pero sin pausa, de lo contrario la indigestión que haces referencia resulta en elk mayor desincentivo para los contribuyentes y funcionarios sin considerar que el costo económico para la administración siempre sera significativo.
Un abrazo
Tener información o mejor dicho «datos» es necesario, pero no suficiente… las Administracciones Tributarias manejan volumenes de información en el orden de los terabytes y es probable que en sus respectivos paises sean las que lideren en «tamaño» las base de datos más grandes…
Encontrar «una aguja en un pajar» es un verdadero reto… Utilizar de manera más inteligente la información de las grandes base de datos para generar riesgo (controles) y brindar una atención personalizada (servicios) a nuestros contribuyentes y operadores aduaneros, constituye el desafío y la oportunidad que no podemos dejar de enfrentar para incrementar los niveles de presión tributaria á través de soluciones integrales de negocio con un uso intensivo de tecnología.
Coincido con Raul, las áreas de TI de las administraciones deben prepararse tanto en su organización, personal, procesos e infraestructura, para enfrentar este desafio o como yo lo veo una «oportunidad».