Una institución dentro de la institución
No, no se trata de una película de Nolan en la que soñamos que soñamos que soñamos. Es que no hay otra forma de reconocer los más de treinta años de dedicación y compromiso que Francisco Beiner ha tenido para con el CIAT, y en particular con la Secretaría Ejecutiva.
En 1992, como gerente de proyectos, él, y consultor yo, nuestros caminos se cruzaron por primera vez, y desde entonces la camaradería de colegas y sobre todo la amistad se fueron forjando, acrecentando y consolidando desde su rol de supervisor en más de un proyecto hasta ser vecinos de puerta en las oficinas de nuestra Secretaría Ejecutiva.
El aporte de Francisco al CIAT es innegable, basta con recordar que desde la Dirección de Operaciones ha sido el punto de contacto en su relación con los países miembros, en su particular con el Consejo Directivo y el Subcomité de Finanzas, y muy particularmente con los corresponsales.
Pero, la manera más clara de reconocerlo es echando una mirada al retrovisor en este imaginario vehículo llamado CIAT y recordar las Asambleas Generales y Conferencias Técnicas que hemos tenido en las últimas dos décadas. La visualización de esos eventos, llenos de innovación, buenas prácticas, fantásticas presentaciones, informativas y entretenidas mesas redondas… Pues sí, en gran medida, el éxito en todas estas cosas ha pasado por la mano de Francisco Beiner.
En nuestro trabajo en el CIAT, Francisco, y haciendo una analogía al coincidir la publicación de este post con los grandes torneos continentales de fútbol, ha sido siempre un jugador de equipo, de toda la cancha, colaborando con todos, aportando en los distintos frentes, con su apoyo directo a cada uno de nosotros, lo mismo para marcar y recuperar el balón, que para dar generosamente la asistencia para el gol que asegure el partido. Así lo sentimos todos, y con certeza, muy especialmente, el “Míster”, el Secretario Ejecutivo.
Al final de junio pasado, después de más de 30 años, Francisco se retiró, dejando para nosotros esta sensación agridulce de los logros compartidos y de nostalgia anticipada que seguro todos los amigos del CIAT compartirán.
En lo personal tengo certeza que nuestra amistad continuará, que los diálogos sobre los temas tributarios continuarán, tal vez un poco eclipsados por las charlas sobre fútbol o rock clásico, agujeros negros o inteligencia artificial, u otro cualquiera de los tantos temas sobre los que disfrutamos charlar.
Esta es, claro, una noticia sobre un cambio importante en la Secretaría Ejecutiva, pero también un homenaje a la carrera de mi amigo Pancho.
A Pancho, un abrazo, a ustedes, saludos y suerte.
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4 comentarios
Muy bien escrito, Raúl! Más que justificado homenaje al compañero y amigo Pancho.
Las cosas no salen bien porque sí, salen bien por una razón: las personas que están detrás de ellas. En los grandes eventos, en las pequeñas decisiones, en la comida de diario, en el café o la «agüita caliente», en Cabuya, en Ciudad de Panamá. Poniendo la música, tocada por quién sabe y la aprecia, la música que lo hace todo más fácil y más alegre. Y así seguirá siendo, Pancho, «entre nosotros no existen las despedidas». Gracias
Este blog, muy bien redactado por Raúl, es un fiel reflejo de lo que Francisco (Panchito) significa para el CIAT y para todos sus compañeros. Cuando llegue al CIAT Panchito me regaló un libro sobre Panamá y pasaba casi todos los días a saludarme por la oficina, para darme ese apoyo emocional que todo expatriado necesita. También me ha compartido la memoria histórica del CIAT y su experiencia. Ha dado todo por el CIAT y hasta ha influido en su lenguaje (mis colegas me entienden). Querido amigo, te vamos a extrañar en el día a día, pero no faltará oportunidad para que nos reunamos en Cabuya o en el restaurante de siempre. Éxitos en esta nueva etapa!
Hay momentos en que las despedidas son inevitables! Pero hay despedidas que no terminan de serlo, porque el legado de las personas obliga a la memoria colectiva a darle significado a las historias humanas.
La historia de Francisco Beiner está llena de momentos que son evidencia de la construcción misma del CIAT siendo actor y testigo de muchas de las transformaciones de nuestra casa. Así como mi compañero Raúl Zambrano mi primer contacto con Panchito fue hace unos ayeres en Caracas 1995 para ser exacto casi 30 años para ser preciso en el gran Proyecto de creación del SENIAT a mis 26 años desde ese encuentro y ese proyecto me depararía un devenir retador en la gran familia que somos todos en el CIAT.
El legado de Panchito es la suma de un largo y variopinto repertorio de caras de países ideas y de éxitos. Nadie más atento y nadie más cabellero que Panchito.
Y aunque !seguimos volando¡ – como él suele decir – podría pensarse que lo haremos sin su compañía. Pero no es así… sólo es hora de ser un poco más libre un poco más padre más esposo más abuelo.
… y más razón para seguir trabajando para preservar su legado.
Un gran abrazo y que sigamos siempre unidos Panchito. Yo no me voy a acordar de ti… para eso primero debería olvidarte.