Se busca problema con buena presencia y aplicación con uso propio
En los últimos meses, en muy variadas circunstancias, incluyendo las charlas que con frecuencia preceden al inicio de una reunión de trabajo que busca crear el espacio para que todos los participantes lleguen, y que lo mismo cubren el estado del tiempo, los chismes de la política o lo farándula que ocupan más titulares de los que les deberían, o los avances y logros en áreas de interés común; hasta en el breve espacio compartido en una cola de migración en un aeropuerto fruto de una de esas casualidades que nos recuerdan que el mundo es pequeño, se ha topado el tema de blockchain.
Tal vez porque hablé sobre blockchain y las oportunidades y dificultades que para la administración tributaria podían derivarse de su aplicación en un par de presentaciones incluyendo la que hice en la Asamblea General del CIAT en Asunción en 2016, algún colega me ha solicitado explicaciones sobre lo que esa tecnología representa, su relación con las monedas cifradas y sobre todo sobre los posibles usos de esa tecnología dentro de la administración tributaria. Al hacer la pregunta la colega comentaba sobre artículos y comentarios que le atribuían a esa aplicación de tecnología una potencia disruptiva comparable a la que la popularización de la Internet había provocado ya en nuestro estilo de vida.
No voy a utilizar este espacio para describir como opera esa cadena de bloques, ni las posibilidades de implementación pública (en el sentido que cualquiera puede participar) o privada (solo aquellos que participan de un proceso), o con una participación relativamente anónima o completamente identificada. Una excelente serie de artículos[1] escritos por Antonio Seco, publicados en ese Blog, hacen ese trabajo de manera clara y completa
El tema que quería sí brevemente referirme acá tiene que ver con una de esas preguntas recurrentes ¿en qué se puede usar blockchain en la administración tributaria? Esta es la razón del curioso título que he dado a este post y que plagia un poquito al título de una película venezolana de los años 70 «Se busca señorita de buena presencia y motorizado[2] con moto propia». El largo enunciado del título replica el contenido de un anuncio clasificado en un periódico buscando contratar un par de colaboradores que resulten para el empleador extremadamente convenientes o simplemente fantásticos.
Me da la impresión de que el acercamiento que a veces le queremos dar a blockchain dentro de la administración puede imitar alguna de las dos partes de este titular. Por un lado, estamos aquellos que queremos utilizar la tecnología y que, pareciera, tenemos una solución en busca de un problema en el que se pueda utilizarla. Por supuesto existen una infinidad de procesos dentro de la administración que podrían implementarse usando blockchain, sin duda, pero, no necesariamente esa aplicación es mejor, o más eficiente, o más sencilla de implementar que una soportada por tecnología más _mmm_ convencional. Y siempre he creído que no necesariamente hay que hacer las cosas por la sola razón de que pueden hacerse. Seguramente se puede montar en una cadena de bloques el proceso de recursos administrativos, replicando en muchos nodos cada una de las actuaciones, cada uno de los borradores, cada una de las aprobaciones inherentes a ese proceso, garantizando que los mismos nunca serán alterados en el futuro, identificando con precisión a cada uno de los actores y cada una de sus actuaciones. Pero ¿dónde estarían los otros nodos que no sean de la administración y en donde se replicarían esos datos, y quien pagaría por ellos y por su operación, y por su conectividad a la Internet? Y, sobre todo, ¿qué es lo que se ganaría?
A mi juicio, hay algunas características que podrían ayudarnos a identificar si un problema es atractivo para blockchain, entiéndase con buena presencia, y que trataré de listarlos aquí:
Y estas circunstancias implican que no se tratan de problemas de la administración tributaria (y por extensión de los contribuyentes) sino de cosas en que la administración tributaria es uno de los participantes, aunque en algunos puede ser un actor protagónico, o en otros casos, los otros actores pueden ser otras administraciones tributarias.
Y aquí viene la otra parte del título. Es poco probable que una aplicación de blockchain venga con todo listo, como vendría el motorizado, con su moto propia. Será necesario construir muchas cosas, incluyendo el ecosistema de operación, la incorporación de los usuarios, la inicialización de las procesos y la integración con los sistemas existentes, el solventar los problemas persistentes del pasado en cuanto a calidad de datos o la creación de una base legal que soporte las nuevas transacciones.
Algunas de las posibles aplicaciones de blockchain para la administración tributaria están descritas en los artículos de Antonio, ya mencionados antes. Incluyendo, el VATcoin, la gestión de impuestos específicos a los productos del tabaco, o por ejemplo, una aplicación para una aduana de Singapur, de la que con un poco de suerte, tal vez Antonio nos comente aquí. Esas aplicaciones y propuestas trabajan directamente con temas impositivos y prometo en el futuro comentarlas.
Yo me voy a referir a dos aplicaciones en un ámbito más general, en los que la administración tributaria sería uno de los participantes y que podrían ilustrar las posibilidades de contar con una cadena de bloques privada, que no por privadas tengan que ser pequeñas.
La primera tiene que ver con la implementación del uso de facturas como título valor o factoring o factoraje. No propondría que todas las facturas electrónicas de un país hagan parte de una cadena de bloques, sería demasiado costoso de operar y ya se cuenta con un centralizador natural de la información que es la administración tributaria, bajo los modelos desarrollados en América Latina de sistemas nacionales de factura electrónica. Lo que haría parte del blockchain serían las facturas electrónicas que van a ser negociadas en el mercado. En este escenario los participantes de la cadena de bloques serían los vendedores que emiten facturas que se cobrarán en algún momento en el futuro, los compradores de los bienes y servicios, los compradores de esas facturas, las entidades financieras que van a pagar en su debido momento los valores correspondientes y la administración tributaria, donde reside el original de la factura firmada digitalmente por el emisor. Esta aplicación eliminaría la necesidad de tener un ente centralizado que gestione el mercado. Probablemente la venta de bienes o servicios que se cobrarán en noventa días, por ejemplo, se harían con un contrato inteligente que identifique el momento y medio de pago y quedaría registrado en la cadena cada movimiento del proceso, incluyendo la disponibilidad de una nueva factura a ser comerciada, la aceptación de la misma por la administración, la venta de la factura, cualquier venta posterior, el pago del comprador (directamente o a través de una entidad financiera a quien tenga en su momento los derechos sobre esa factura, una eventual devolución de la mercancía, etc.
La segunda tiene que ver con el registro de las compañías. No me refiero al registro de esos contribuyentes en la administración, o debería decir solo al registro de esos contribuyentes en la administración, sino a todo el movimiento y registro de las transacciones públicas relacionadas con esas compañías, como su constitución, el cambio de sus directivos o representantes legales (cosas que ocurren en registros públicos, en mercantiles); pero también a la concesión y permisos municipales que viabilizan una determinada operación en un determinado sector; a la verificación de los cuerpos de bomberos sobre la idoneidad de las instalaciones y los servicios y sus revisiones periódicas; a los permisos sanitarios concedidos por una autoridad de salud si corresponde, o de medio ambiente, o de educación o de transporte si fuera el caso; y claro de la administración tributaria y de la administración de la seguridad social y de la aduana si corresponde. Es una alternativa interesante, no sencilla de implementar, que sin embargo podría resultar extremadamente conveniente comparada con la alternativa de desarrollar innumerables instancias de interoperabilidad entre decenas de sistemas administrados por administraciones públicas, gremios, cámaras, organizaciones no gubernamentales y los propios involucrados.
Por supuesto, es solo mi opinión y puedo estar equivocado.
Saludos y suerte.
[1] BLOCKCHAIN: Conceptos y aplicaciones potenciales en el área tributaria (1/3); BLOCKCHAIN: Conceptos y aplicaciones potenciales en el Área Tributaria (2/3) y BLOCKCHAIN: Conceptos y aplicaciones potenciales en el área tributaria (1/3)
[2] Término utilizado popularmente en Venezuela para referirse a un mensajero que entrega correspondencia externa.
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5 comentarios
Oi Raúl,
Muito interessante o artigo, com aspectos práticos do uso de blockchain. Eu creio que atende aos propósitos de divulgação e de levantar questões sobre o tema.
Particularmente, te comento:
A questão do entorno é muito importante, pois blockchain – como você disse – pressupõe vários atores intervindo, oriundos de distintas organizações (que devem estar acopladas ao blockchain).
Você lembra a iniciativa de «Cadastro Sincronizado» aqui no Brasil, onde as Receitas dos 3 níveis de governo, Juntas Comerciais, entidades de saúde pública, bombeiros, etc. se juntariam para agilizar o processo de criação/autorização de abertura de empresas? (acho que isso não avançou tanto quanto se esperava). Bom, seria o ecosistema ideal para o blockchain…
Porém instituições têm seus próprios sistemas de informação em funcionamento e é muito difícil que todas se coordenem para migrar/implementar blockchain. Assim, há estratégias distintas para evitar ou se sobrepor a esses problemas. Uma delas, adotada pelo GSA dos Estados Unidos em um sistema piloto de compras públicas em blockchain, utiliza a tecnologia de microserviços para «unir» o blockchain a sistemas legados. Outra, da IBM, para o projeto piloto das aduanas de Singapura, foi criar uma aplicação Web utilizada por todos os envolvidos, que implementa as funções de negócio principais e trata com o blockchain (mas cada uma instituição aborda separadamente o problema de conectar essa aplicação com seus sistemas legados). Webservices também é uma alternativa. Uma coisa comum nesses projetos é que nem todos as instituições participantes têm cópia do blockchain armazenada em seus servidores.
O Prof. Ainsworth publicou um artigo em janeiro no qual propõe uma criptomoeda denominada VATCoin para uso na gestão do IVA na União Europeia, que evitaria também alguns tipos de fraude (caso você não o tenha, posso enviá-lo). Eu creio que, com os devidos ajustes, seria utilizável no âmbito do Mercosul, Pacto Andino (quem sabe até internamente, em países federados?), … Mas para validação necessitaria o trabalho conjunto com especialistas no esquema de tributação destes acordos.
Abraço
Antonio Seco
Gracias Raúl, seguimos aprendiendo de blockchain y sus potencialidades.
Interesante… gracias.
Cordiales saludos estimados amigos, creo que el tema es muy amplio y da para muchos y diferentes comentarios así como, tanto de aprobación como de desacuerdo en su uso, pero quisiera solamente dar un pequeño parecer al respecto en un sentido positivo enunciando algunas virtudes de la estructura Blockchain y es que a mi entender uno de los problemas que tenemos los países emergentes (Por no decir tercermundistas) es la falta de transparencia en las operaciones , circunstancia de la cual se aprovechan las instituciones para hacer mal manejo con fines no necesariamente sanos ni tampoco honestos en muchos casos, cosa que corroe las sociedades y por ende las democracias; el punto es que en tanto mas transparentes sean las operaciones económicas y todas en general, mas sanas serán economías.
También a veces chocamos nuestros esquemas mentales de funcionamiento de las instituciones y somos algo reacios al cambio por encontrarlo contrario a nuestro diario funcionar, me refiero por ejemplo cuando las administraciones toman como ariete o pilar de base los «Registros» y los usan como patrimonio dándole las características de secretos cuando no reservados (Reserva tributaria por extensión), que en los esquemas de las nuevas tecnologías desaparecen o se minimizan por ser contrarias a un optimo comportamiento funcional.
Creo que así podríamos ampliar muchas virtudes del novedoso Blockchain, que a mi escaso entender se dan.
Saludos.
mis felicitaciones Raul por seguirnos ilustrando de las nuevas tecnologias, en este caso blockchain, y como nuestras Administraciones Tributarias pueden con ellas mejorar su gestión siendo mas eficientes y eficaces.
Un abrazo