La incertidumbre que rodea a esta crisis, de características únicas en la historia, nos hace recurrir a analogías con acontecimientos excepcionales del pasado en nuestra búsqueda de guías de actuación. Las guerras podrían ser la mejor analogía que podemos manejar en la actualidad para intentar entender la dinámica y posibles consecuencias de esta crisis, si bien, como veremos, las circunstancias difieren en aspectos fundamentales, condicionando las opciones posibles para financiar las consecuencias de la pandemia (impuestos, deuda, inflación). Esta crisis comenzó como comienzan las guerras, pero continuará como lo hace las crisis económicas, en este caso, además, con unas condiciones económicas previas al inicio de las crisis nada fáciles, recién salidos de una crisis financiera global y enfrentando numerosos retos climáticos, comerciales, tecnológicos y políticos. En el último apartado abordaremos las posibles alternativas para dar respuesta a la pregunta que da título al artículo: Medidas económicas ortodoxas (clásicas) -ampliación de las bases imponibles; la denominada imposición favorable (growth-friendly) al crecimiento, impuestos generales sobre el consumo y sobre propiedades inmuebles; reducción del fraude y fortalecimiento de la administración tributaria- ; Tendencias recientes (potenciales) -imposición verde; imposición digital y medidas contra la competencia fiscal internacional a la baja; imposición progresiva de las rentas altas y la riqueza-; Impuestos no ortodoxos (reglas de imposición mínima; impuestos sobre las transacciones financieras; impuestos a la exportación; impuestos sobre beneficios extraordinarios; impuestos de salida)  y Medidas “sin coste” (emparentadas con la filosofía del Whatever it Takes, “hacer todo lo que sea necesario”) -medidas de impulso permanente financiado con deuda; distribución generalizada de liquidez y financiación por impresión de dinero –“helicopter money”-.

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