Lo de moda, no siempre queda, pero no incomoda
Capítulo 15. Nuevas tecnologías y servicios digitales disruptivos: Oportunidades y desafíos
Hacer predicciones sobre cómo será el futuro será siempre un negocio riesgoso. La posibilidad de equivocarse es grandísima. Pero es indispensable pensar en como será la aplicación de las tecnologías, sus impactos, sus potencialidades y sus riesgos para transitar un camino con una idea más definida de cómo queremos que ese destino sea.
Es siempre posible que una serie de eventos desafortunados cambien el rumbo de las cosas. El teletrabajo, por ejemplo, era explorado por algunas administraciones tributarias ya hace un par de años, pero no por todas, ni para todos los funcionarios. La adopción de nuevas formas de trabajo, sólidamente apoyadas en tecnología, fue tal vez abrupta y sin planeamiento previo. Sería la excepción, y no la regla, que, a inicios de 2019, una administración tuviera un plan de continuidad de negocio que considerara a la gran mayoría de sus funcionarios trabajando desde casa. Y, sin embargo, muchas administraciones públicas, y las tributarias en particular, se han adecuado, con una agilidad sorprendente, a una forma de trabajo impensable que solo ha sido posible por la masiva disponibilidad de equipos de computación personal y el acceso generalizado a la Internet.
Es poco probable que este escenario hubiera sido imaginado al comienzo de la década de los 80. Cuando los jóvenes de entonces escuchaban en la radio “Whip it”, “Soy un macarra” o el álbum “Buscando América”, según las preferencias musicales y la ubicación geográfica; aparecieron, y para quedarse, los equipos de computación personal. Las administraciones incorporaban, a cuenta gotas, los primeros computadores personales, que, junto con las herramientas de productividad de oficina cambiaron el ambiente de trabajo de lo visto a lo pintado. Esas herramientas, que tenían ya el potencial para terminar con máquinas de escribir, con sumadoras, y al mismo tiempo, de ayudar a jubilar a secretarias y calculistas, llegaron a las administraciones gracias a inversiones que las administraciones realizaron. El acceso a los computadores, que había estado reservado a unos pocos “nerds” privilegiados, se democratizó.
Ni que decir del impacto que tendría la Internet y el aumento de la conectividad, que permitió en varias administraciones, hace tiempo ya, tener las declaraciones electrónicas para la totalidad de los contribuyentes o implementar sistemas nacionales de facturación electrónica.
Hoy, el uso de computadores personales y su conectividad parece normal, pero no necesariamente fue evidente cuando se apostó, la primera vez, por estas tecnologías. Esos pioneros visionarios corrieron riesgos, y apostaron bien. No siempre acertaron, claro, más de un esfuerzo e iniciativa resultaron en muy poco, sea porque se sobredimensionó su capacidad, o porque caminaron a la obsolescencia, debido a la llegada inmediata de algo mejor o más eficiente. La suerte de las nuevas tecnologías, además, puede estar condicionado por otros factores no controlables por los usuarios, errores en la visión de las compañías que las crearon, la adquisición de una compañía por otra más grande, que decide, para su propio desarrollo estratégico, “matar” un desarrollo específico, y con esa decisión acortar también la vida de los proyectos que invirtieron en ese desarrollo; por las preferencias de los consumidores que escogen una tecnología competidora, tal vez inferior, pero mejor mercadeada; o, como hemos visto en estos tiempos extraños que transitamos juntos, por la valorización de ciertas tecnologías gracias a su posicionamiento ante situaciones inesperadas, que terminan elevando el valor de sus compañías en las bolsas de valores mientras castigan a otras compañías hasta amenazar su propia existencia y consecuentemente los productos y desarrollos que estas últimas impulsan. La gráfica a continuación nos presenta la evolución del valor accionario de una compañía cuyo servicio usamos muchos de manera regular hoy, y que muchos no habían escuchado nombrar al inicio de este año.
Cuando escribimos con Antonio Seco el capítulo 15 de nuestra publicación de referencia “ICT as a strategic tool to leapfrog de efficiency of tax administration”[1] sabíamos que intentar visualizar el uso futuro de las tecnologías es un riesgo. Confiar en el instinto únicamente no era suficiente, podríamos fallar enormemente al concentrarnos en tecnologías muy nuevas, prometedoras sin duda, pero no suficientemente probadas. Por eso buscamos identificar tecnologías ya disponibles, con desarrollos muy recientes, pruebas de concepto o proyectos piloto, en el campo de la administración tributaria.
En el capítulo se visitan temas como la analítica avanzada, el uso de herramientas de big data, como Hadoop, para, por ejemplo, preparar declaraciones prellenadas del IVA en Chile. El análisis de datos para la gestión de riesgo de incumplimiento, que pasa de estadios en los que simplemente se identifican éstas, a otras en que se usan los datos para explicar las cosas que pasaron, y aún a escenarios de diagnóstico, cuando se alcanza a identificar por qué pasan las cosas y llegar, utilizando técnicas como agrupación en clustering, regresiones y ciertamente inteligencia artificial a predecir situaciones de incumplimiento para poder explicarlas. Pasando, claro, por el uso de herramientas de inteligencia artificial para la facilitación de servicios para los contribuyentes.
Por supuesto, se analizan la potencialidad de la tecnología de blockchain y los registros distribuidos en procesos complejos en los que la administración tributaria, siendo parte de ecosistemas mayores, interactúa con otros actores de las cadenas de bloques privadas que aseguran, gracias a la inmutabilidad de registros, niveles de confianza sin precedentes a los distintos actores.
Se exploran también las posibilidades de incrementar el uso de aplicaciones móviles para extender las plataformas de servicios y las posibilidades de desarrollar a través de interfaces de aplicaciones mecanismos de interoperabilidad con los contribuyentes para procesos de cumplimiento.
En el capítulo, aunque brevemente, se exploran las posibilidades del uso de sensores y dispositivos conectados, para acercar los mecanismos de control a los hechos imponibles. Su uso irá más allá de lo obvio, como el control de impuestos específicos en la producción de combustibles o licores, el uso de dispositivos, sensores, equipos, y ciertamente software, permitirán, por ejemplo, acompañar de cerca el trabajo realizado por robots y sistemas de inteligencia artificial. Los flujos de información hacia la administración tributaria podrían tener un salto cualitativo en frecuencia y cantidad del orden que ya vieron cuando se consolidaron los sistemas de facturación electrónica.
Espero que este abrebocas los invite a curiosear, o mejor aún, leer completo este capítulo 15. Y ¿por qué no?, a dar rienda suelta a la imaginación y visualizar su administración tributaria en 5, 10 o 20 años.
Saludos y suerte.
[1] La publicación en español estará disponible en unas pocas semanas
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6 comentarios
Interesantes reflexiones… personalmente pienso que, independientemente de la tecnología y tamaño de los sistemas informáticos, hay un desafío bien importante a futuro, para la administración tributaria, hacer una reingeneria profunda en sus procesos de gestión administrativa y funcional y, por que no, en su esencia y naturaleza
Que alegría saber que falta poco para tenerlo disponible en espanol!
Muy buenas reflexiones Raúl y necesarias, Es verdad, que seguro que las cosas que vengan superarán nuestras expectativas pero siempre es bueno, y se nos debe exigir por parte de la Sociedad, el diseñar estrategias anticipativas, frente a las adaptativas y las reactivas.
El desarrollo de las nuevas tecnologías en relación con el análisis de datos y sus efectos en el ámbito tributario afectará con seguridad a la dotación de medios personales, al nuevo diseño de las oficinas presenciales, al análisis de riesgos y en consecuencia a la forma y lugar de relacionarnos con los contribuyentes.
Excelente resumen Raúl de una situación que nos atravesó a todos, y que realmente espero que aprovechemos el aprendizaje que esta pandemia nos trajo a todos, aprender a reinventar las estrategias laborales tanto desde la fase organizacional como la ejecutiva y gerencial. Creo que es de suma importancia destacar las nuevas formas de comunicación y entendimiento con los contribuyentes que se ha logrado por fuerza mayor y que nos lleve a un camino de normalización de rutinas laborales a distancias. El gran desafío de gerenciar los recursos humanos que nos permitan seguir prestando servicios y posibilitar el uso de las herramientas de control, recaudación y fiscalización de las administraciones tributarias. Gran desafio!! desde los biblioratos, máquinas de escribir, calculadoras a presentaciones digitales, firma digital, notificación electrónicas….!!!!!
Muy buen recorrido histórico sobre la tecnología. Tal como lo dice el título, estamos ante un gran desafío mundial, que cada país buscará las oportunidades para mejorar la relación entre el fisco y sus contribuyentes, en función de su principal objetivo, buscar el bien social.
Siempre estara presente el desarrollo de las altas tecnologias para ponerlas al servicio de las administraciones tributarias, pero no obstante hay que adecuarlas al objetivo de control que se quiere y ese es el mayor reto a la vanguardia de la informacion. Hay que diseñar nuevas estrategias de trabajo y un gran centro de datos y variable seguros. Gracias